Se les conoce como “los gorriones de la catedral de Ratisbona” y son el coro más famoso en Alemania; sin embargo, detrás de sus puertas se guardaban historias de horror sobre lo que cientos de hombres consideran ahora “el peor momento de su vida”.
Desde el 2010 se empezaron a destapar casos de abuso a menores en el coro Regensburger Domspatzen, cometidos entre 1945 e inicios de la década de 1990, pero cada año el número de víctimas descubiertas ha ido en aumento, hasta convertirse en uno de los peores escándalos para la iglesia católica.
Según la agencia de noticias AFP, un informe publicado hoy 18 de julio reúne evidencias de que al menos 547 niños fueron víctimas de abusos, de los cuales unos 500 sufrieron maltrato físico y 67, agresiones sexuales, incluyendo violaciones.
De acuerdo con Ulrich Weber, el abogado al que la Iglesia encargó arrojar luz sobre este caso, el número total de víctimas podría ser mucho mayor e incluso superar los 700 casos.
Las víctimas describieron su paso por este coro milenario y mundialmente conocido como "una prisión, un infierno y un campo de concentración", "el peor momento de su vida, marcado por el miedo, la violencia y la angustia", declaró Weber, según información de AFP.
Estas cifras son mucho mayores a las publicadas el año pasado, cuando un informe intermedio ubicaba potencialmente a 231 víctimas, mientras que en el 2015 la iglesia católica sólo había reconocido 72 casos.
Además, se encontró evidencia de que los maltratos habían tenido lugar cuando el hermano del ex papa Benedicto XVI, monseñor Georg Ratzinger, dirigía el coro, entre 1964 y 1994.
Aunque, según el abogado, el hermano del papa estaba al corriente de los sucesos, decidió ignorarlos para proteger a la institución. De acuerdo con su informe, las víctimas fueron ignoradas y algunos de los responsables de la violencia incluso fueron protegidos.
Por su parte, monseñor Ratzinger, ahora de 93 años, negó tener conocimiento de los casos; pero en el 2010 un ex miembro del coro, el director de orquesta y compositor alemán Franz Wittenbrink, hizo declaraciones a la revista Der Spiegel sobre la violencia de Georg Ratzinger y el sistema de castigos sádicos vinculado al placer sexual que reinaba.
Ese mismo año, Alexander Probst, otro ex miembro, dio a conocer como durante dos años fue insultado, golpeado y acosado; además, declaró que, al entrar a la secundaria administrada por el coro, un profesor formó un grupo secreto de alumnos a los que les daba cerveza y mostraba pornografía antes de abusarlos sexualmente.
"Todos cometimos errores y hemos aprendido mucho", reaccionó en un comunicado el obispado de Ratisbona.
En Irlanda, en el 2009 un reporte de la Comisión de Investigación a la Arquidiócesis Católica de Dublín registró 320 casos de niños abusados en planteles de Los Hermanos Cristianos, una orden católica que tutela alrededor de 200 escuelas en el país, que sufrieron abusos sexuales de 46 sacerdotes entre 1975 y el 2004.
Tanto Benedicto XVI como su sucesor, Francisco, pidieron perdón por los casos de pederastia en el seno del clero.
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