Por primera vez en la historia del continente, un país de América Latina venderá marihuana de manera oficial: este miércoles 19 de julio, cuando abran los comercios en Uruguay, casi 5000 ciudadanos registrados como “adquirentes” podrán comprar marihuana “recreacional” en 16 farmacias del país a 1,30 dólar el gramo.
La droga, por ahora, está libre del impuesto al consumo. Así lo decidió el Estado, que fijó el precio para competir sobre todo con el cannabis que llega desde Paraguay y se comercia de manera ilegal (una marihuana prensada de calidad inferior, que abastece también a Brasil y Argentina).
Uruguay es el primer país del mundo que compró, germinó y entregó —en febrero de 2016— 4000 plantines de marihuana a dos empresas que las florecieron y cosecharon por primera vez en mayo de 2016. Las autoridades uruguayas dicen que ya tienen una existencia de 400 kilos de marihuana de calidad para vender en las farmacias.
Esta es la tercera forma de acceso a la marihuana prevista en la Ley 19.172, que reguló el mercado en este pequeño país suramericano en diciembre de 2013. Hasta este miércoles, los ciudadanos uruguayos mayores de 18 años interesados en acceder al cannabis legal podían elegir entre cosechar en su casa o asociarse con amigos o algún jardinero para plantar hasta 99 plantas hembras. Desde hoy, también podrán optar por comprar en las farmacias hasta 40 gramos al mes.
El Producto
El cannabis se comercializará en un empaque de plástico trilaminado con dos cierres. Uno tipo zipper y otro de seguridad para evitar perfumar las tiendas y preservar las características vegetales. El envoltorio tiene recomendaciones: usar el cannabis vaporizado, no mezclar con otras sustancias psicoactivas, evitar su consumo durante tareas de aprendizaje, de memoria o durante el embarazo.
Precio oficial del cannabis en farmacias adheridas. https://t.co/xZpDX3VUqY pic.twitter.com/lYkGxJIReu
— JND - Uruguay (@JNDUruguay) 17 de julio de 2017
El contenido del envase pesa cinco gramos. Las farmacias pueden almacenar hasta dos kilos en armarios amurados para evitar robos. También cuentan con un sistema de aviso a la policía.
Hasta el viernes anterior al comienzo de la venta había 4893 “adquirentes” registrados. El trámite para inscribirse lleva cinco minutos y exige presentar cédula de identidad, comprobante de domicilio y responder una encuesta.
Enorme paso de Uruguay en la regulación de drogas desde una perspectiva de cuidado de las personas y derechos. pic.twitter.com/PhwrTB3PpW
— Matias Rodriguez (@matrodriguez2) 19 de julio de 2017
Un escáner dactilar almacena las huellas de los usuarios en servidores informáticos para corroborar la identidad del comprador y que no se pasen de la cantidad permitida. El sistema usa la misma tecnología que los servicios financieros. Las otras dos formas de conseguir cannabis también requieren registro.
Los farmacéuticos no tienen acceso a los datos personales del comprador. Solo sabrán si está habilitado a través de un lector de huellas digitales. Los datos están encriptados y el servidor se bloquea si alguien lo mueve.
La economía del cannabis
El principal argumento que el gobierno del expresidente José Mujica repitió para impulsar la reforma a las políticas de drogas era que había que quitarle una porción del mercado al narcotráfico.
La Dirección de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas de Uruguay le arrebató en 2016, en total, 4373 kilos de marihuana al narcotráfico.
La legalidad parece que será más efectiva que la policía para quitarle utilidades al narcotráfico.
Cuando los casi 5000 usuarios de las farmacias entren al mercado regulado, un cuarto de la demanda total del país será legal, de acuerdo con las estimaciones de Monitor Cannabis, un núcleo académico multidisciplinario dedicado a estudiar al nuevo mercado regulado, que funciona en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (UdelaR) y coordina investigadores de distintas universidades.
Economía de Estado
En Uruguay, el Estado dirige el negocio cannábico. La ausencia de publicidad y el énfasis en la prevención estrangulan cualquier estrategia comercial por fuera de las ideas gubernamentales.
Día clave: avanzamos en un sistema de regulación y control de drogas más eficiente basado en las perspectivas de salud pública y DDHH. pic.twitter.com/fBW1kht2JB
— Diego Olivera (@dolivera_uy) 19 de julio de 2017
Uruguay compró las semillas en España y las germinó en el Instituto Nacional de Semillas. En agosto de 2014 se realizó el llamado a licitación pública abierta internacional para elegir dos postulantes —se presentaron 22— para cosechar y distribuir; pero no para vender.
La inversión inicial prevista de Simbiosys, una de las dos licenciatarias, fue de 1,700,000 dólares el primer año. Las utilidades estimadas llegarían a medio millón de dólares en cinco años.
El consumo de cannabis tiene riesgos, pero su regulación contribuye a disminuirlos.
— Diego Olivera (@dolivera_uy) 2 de mayo de 2017
Mirá nuestra campaña #RegularEsSerResponsable pic.twitter.com/xmFvmNYWM1
Las farmacias se quedarán con el 30 por ciento del precio final de venta. Otro 10 por ciento será para el Estado que recaudaría un millón de dólares anuales si los usuarios se fuman las cuatro toneladas previstas por años. Las dos licenciatarias, Simbiosys e International Cannabis Corporation, se quedarán con 0,90 dólares por cada gramo vendido.
Las empresas tienen un monopolio sobre el canal de distribución, pero no pueden hacer publicidad de las dos variedades comercializadas bajo los nombres genéricos de Alfa y Beta. Alfa es un híbrido de la subespecie índica, una cepa más bien de relax, introspectiva. En Beta predomina la subvariedad sativa, asociada al humor.
De Uruguay para el Mundo
Desde que el expresidente José Mujica propuso regularla, especialistas, activistas, académicos, periodistas y políticos de todo el mundo llegaron a este país para conocer el proceso y la experiencia. Uno de ellos fue Andrés López Velasco, director del Fondo Nacional de Estupefacientes de Colombia, responsable gubernamental de que la marihuana medicinal funcione en su país.
En 2016 Colombia votó la Ley 1.787 para la investigación científica y el cannabis medicinal. México, por otra parte, consiguió eliminar la penalización del uso de cannabis medicinal a finales del año pasado.
Diversas organizaciones confían en que “se va a vender mucho y se va a registrar más gente”, como explicó Diego Pieri, de Proderechos.
Algunos han manifestado que el grado de Tetrahidrocannabinol, que es de 2%, hace que el nivel psicoactivo sea bajo, que “no pegue”. Pero la garantía de calidad, la legalidad y el precio [unos 6.6 dólares los cinco gramos], permiten plantarse con fuerza frente al narcotráfico, señaló Pieri.
Tras el “fracaso” de la política prohibicionista, Uruguay arriesga con este experimento y se convierte, como definió The Washington Post, en un “Estado dealer”.
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