La Unidad Académica de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa llama a la población a que evite dejar fogatas encendidas, que no arroje colillas de cigarro, ni cerillos y que no tire botellas de vidrio en los bosques, porque ello maximiza la posibilidad de incendios.
El titular de esta Unidad, Gilberto Márquez Salazar, ambientalista y profesor investigador de tiempo completo de la Escuela de Biología de la UAS estableció que de 2016 a lo que va de 2017, la superficie de bosques afectados por incendios pasó de mil 555 a más de 3 mil hectáreas en la entidad.
Los incendios forestales, han aumentado exponencialmente en Sinaloa, ya que en 2015 se registraron 16, en 2016 se tuvieron 30 y de enero a junio de 2017 ya se tienen registrados 39 incendios.
Algunas comunidades de Sinaloa ya son 18 días de sequía en la actual temporada de lluvias, lo cual es una condicionante para que los bosques secos, principalmente, se incendien muy rápidamente.
Entre los efectos ambientales que originan los incendios forestales, Márquez Salazar citó el daño que se ocasiona a la memoria del ecosistema de las comunidades, así como el deterioro que sufre la atmósfera porque ello contribuye al aumento del bióxido de carbono que es condicionante del efecto invernadero y el llamado calentamiento global.
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