Las autoridades de Texas elevaron ayer la cifra provisional de fallecidos por el paso de la tormenta tropical Harvey a por lo menos ocho, seis de ellos en los alrededores de Houston, donde siguen las lluvias y miles de personas esperan aún ser rescatadas. Mientras, el presidente Donald Trump declaró estado de emergencia en Louisiana.
Seis de las víctimas mortales se produjeron en el condado de Harris, que incluye la ciudad de Houston, una en Rockport y otra en Galveston
Harvey se fortaleció ayer ligeramente en aguas del Golfo de México, en su último boletín el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos amplió la zona de aviso de tormenta tropical a nuevas áreas de Louisiana, donde ya se sienten los efectos del ciclón.
Se espera que Harvey deje hasta el jueves nuevas lluvias que podrían alcanzar las 10 y 20 pulgadas (entre 25 y 50 centímetros) en el suroeste de Louisiana y el norte de Texas. En esta última región, las precipitaciones podrían provocar acumulaciones de agua de hasta 50 pulgadas (1.2 metros), incluido en las áreas metropolitanas de Galveston y Houston.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió de la magnitud de la catástrofe, al subrayar que hay que “aceptar una realidad: estamos todavía comenzando el proceso de respuesta a esta tormenta”.
Miles de residentes en Houston están atrapados en sus casas. Tras las críticas al alcalde Sylvester Turner por no evacuar la ciudad antes de la llegada de Harvey, él indicó que hay 5 mil 500 personas repartidas en los refugios habilitados, pero dijo que la cifra aumentará “exponencialmente”.
La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) calcula que tendrán que alojar a más de 30 mil personas en los refugios a causa de las inundaciones. “Nuestra atención está ahora puesta en atender a todas las personas que necesitan asistencia”, afirmó Turner, quien pidió “paciencia” a sus ciudadanos.