Al menos 17 personas murieron producto de los incontrolables incendios que este martes continuaban devastando la región del vino en California, con miles de casas y viñas destruidas.
El presidente Donald Trump declaró el estado de desastre y liberó recursos federales para asistir en el combate de los 17 grandes incendios forestales.
Los incendios empezaron de manera explosiva el domingo por la noche, azuzados por los fuertes vientos, que comenzaron a ceder este martes de
Nueve muertos se reportaron en Sonoma, dos en Napa, tres en Mendocino, y uno en Yuba, y el gobernador Jerry Brown, que declaró el lunes el estado de emergencia y dijo que los socorristas "anticipan que el número de víctimas podría aumentar".
Entre los muertos, está una pareja en Napa de 99 y 100 años de edad, casados durante 75 años, según KTVU-TV. Los ancianos no pudieron evacuar su vivienda a tiempo.
Unas 25.000 personas escaparon de las llamas -que destrozaron barrios enteros- y 5.000 se refugiaron en albergues, indicó la oficina del sheriff del condado de Sonoma.
Kris Hammar, que vive en Santa Rosa al borde de una zona de evacuación, estaba preparada para partir en cualquier momento, revisando mapas, y actualizaciones sobre la dirección del viento y los incendios.
"El fuego está cerca, muy cerca. Todo está en el auto y estamos revisando constantemente todo a ver si algo cambia", dijo a AFP, describiendo como su calle se volvió en los últimos días una "autopista" por el rápido flujo de evacuados.
Muchos viñedos resultaron destruidos o afectados, según los medios, entre ellos la famosa bodega Stag's Leap Wine Cellars, que adquirió renombre mundial en 1976 cuando superó a grandes vinos franceses en una competición conocida como el "Juicio de París".
Los fuegos arrasaron más de 46.500 hectáreas en todo el estado y destruyeron más de 2.000 casas, según las autoridades.
"Los vientos que azuzaron estos fuegos la noche del domingo y la mañana del lunes se han reducido significativamente pero vientos locales y condiciones de sequía siguen presentando un desafío", dijo el departamento bomberos de California (Cal Fire).
"Los bomberos hicieron buenos avances durante la noche", agregó.
Los complejos hoteleros de la zona también fueron devastados por las llamas, de acuerdo a imágenes de la televisión local, y muchos residentes tuvieron que huir dejando atrás todas sus posesiones.
"Sólo tuvimos tiempo para despertar y salir. No pudimos tomar nada. El fuego avanza muy rápido", declaró Rafael Solorio, cuya casa fue afectada en el condado de Napa.
"Perdimos muchas cosas", añadió, en un vídeo publicado en el sitio web del diario San Francisco Chronicle.
Se emitieron órdenes de evacuación, en particular en los condados de Napa y Sonoma, y las autoridades publicaron la lista de los refugios disponibles.
Los incendios también provocaron el cierre de autopistas y carreteras locales.
El hospital regional de Santa Rosa fue evacuado, según su sitio web. "Todos los pacientes están seguros y han sido evacuados a otros hospitales", consignó.
"Debido a los caminos cortados, las instalaciones son actualmente inaccesibles", explicó también el hospital.
Trow Newton, un detective de la policía de Sonoma de 46 años, estaba entre los que abandonaron Santa Rosa.
Dijo a Los Angeles Times que regresaba a su casa en Santa Rosa, una ciudad de unos 175.000 habitantes en el condado de Sonoma, cuando vio una "creciente serpiente roja" de fuego.
"Corrí a mi casa y le dije a mi esposa que preparara a nuestro hijo de cuatro años para partir", dijo Newton, antes de alertar a unos 40 vecinos.
Los incendios han sido igualmente fuertes más al sur, especialmente en Anaheim, en los suburbios de Los Ángeles. Varias casas fueron destruidas o dañadas, según la cuenta de Twitter de los bomberos locales, y más de 1.000 personas fueron evacuadas.
El oeste de Estados Unidos ya sufrió severos incendios a principios de septiembre, que provocaron miles de evacuaciones en el estado de Washington y cientos cerca de Los Ángeles.