El sol alumbra su llegada a través de una ventana, si le puedes llamar así al agujero en un costado de la pequeña casita de lámina. Un niño de 11 años se despierta, es hora de ir a la escuela. No. Él no irá a la escuela, de él depende que sus hermanos coman hoy. Tiene que salir a recoger latas para ayudar a su mamá, quien ya tiene dos empleos que le consumen el día.
Después de una larga jornada recibe su paga: unas cuantas monedas, eso no alcanzará para comer todos. Se limpia el sudor del rostro y suspira: ni modo, hoy no comerá.
Esta triste escena no es exclusiva de México, ni de Latinoamérica, ni de países africanos… sucede en TODO EL MUNDO, donde unos 800 millones de personas padecen hambre.
Sí, una de cada nueve habitantes sufre de hambre en el mundo, la mayoría mujeres y niños. De hecho, el 45 por ciento delas muertes infantiles están relacionadas por la desnutrición.
En 1945, varios países se unieron para combatir este problema. Así, un 16 de octubre, surgió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), el cual se conmemora cada año como el Día Mundial de la Alimentación.
El problema de la desnutrición es real y catastrófico. En el 2016, 53 millones 418 mil 151 mexicanos vivían en pobreza, de los cuales 9 millones 375 mil 581 en una situación de pobreza extrema. Si bien estas cifras son menores a las reportadas en 2014, la realidad es que siguen siendo desgarradoras.
Para combatir la pobreza y desnutrición, la FAO sostiene que el mundo necesitará producir un 60 por ciento más de alimentos de aquí a 2050 para sustentar a una población creciente. Su meta es alcanzar el Hambre Cero en el 2030, es decir eliminación el hambre por completo en todos los países que la componen.
De los 129 países monitoreados por la FAO, 72 ya han logrado el objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre en 2015; además, en los últimos 20 años, la probabilidad de que un niño muera antes de los cinco años se ha reducido casi a la mitad, con unos 17 mil niños salvados cada día, y las tasas de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990.
Este año, el tema del Día Mundial de la Alimentación radica en cambiar el futuro de la migración e invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural, pues la pobreza y un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático son otros factores importantes que contribuyen al desafío migratorio.
El reto es enorme, pero si los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades locales trabajan en conjunto, es posible.