Nuevamente la devoción por el Santo de los Casos Difíciles y Desesperados fue evidenciada por la visita de miles de fieles durante la velación previo a su Día. El sitio por excelencia, la Iglesia erigida en su nombre fue el escenario para que conjuntos norteños y personas de todas las edades se volcaran para celebrarlo, honrarlo pero sobre todo, agradecerle los favores recibidos, algunos incluso en sillas de ruedas. Peregrinos procedentes de múltiples parroquias acudían apostados a los lados de las avenidas cuyo fin era la Iglesia de San Judas. Un fuerte operativo liderado por Protección Civil en coordinación con Seguridad Pública permaneció para velar por la integridad de quienes acudían a pié a ver al santo como Rosalía Torres, quien tras un accidente desde hace diez años acude ante el santo, en esta ocasión a pié y con fierros en sus rodillas pero segura de llegar a la meta.
Flores, veladoras, cuadros con su imagen, fieles regalando aguas, pulseras con los colores emblemáticos de San Judas, personas rezando a las afueras del recinto pues el interior era insuficiente para la marea humana que deseada permanecer bajo los ojos del santo, fueron parte de las expresiones vividas durante su velación. Y como es tradición decenas de comerciantes se apostaron en el camellón y calles aledañas con una gran variedad de alimentos los cuales una vez cumplido con el San Judas, fueron degustados por los miles de visitantes como la familia Gutiérrez Figueroa, quienes junto a los abuelos acuden de manera anual con su niña de 9 meses y su niño de 8 vestidos de San Judas para pedir por que se mantenga su salud.
Notas de interés: