La coma, esa pequeña mancha de tinta, puede cambiar el sentido de una frase. Como en este titular, ya corregido, de El Diario Montañés. A pesar de que la frase no es gramaticalmente incorrecta, la coma cambia por completo el significado.
OJO a la redacción. Una coma mal puesta convierte a Pablo Alborán en la Drag Queen del verano. http://t.co/6zOM6JCGEu pic.twitter.com/Kw1cZJY8Sd
— DualiaTeletraducción (@Dualia) 13 de octubre de 2014
Aquí la coma convierte un simple enunciado en una orden. Una orden CRUEL.
Aun así, hay que mencionar que las comas también pueden resultar heroicas, como se aprecia en este cartel que subraya la importancia de usarlas con los vocativos.
Desde Fundéu, Judith González nos cuenta que muchas de las consultas que reciben sobre puntuación son precisamente sobre estas comas, las del vocativo. González explica que la puntuación "nunca es fácil" porque, aunque es cierto que "hay comas que no son obligatorias", otras "pueden cambiar el sentido de la frase o simplemente son incorrectas".
Otras dudas habituales que suelen llegar a Fundéu son el uso de la coma y la conjunción "y", la coma en las enumeraciones, la coma en los encabezamientos de las cartas y la coma en las oraciones causales, entre otras, incluyendo el ejemplo clásico para los adjetivos:
- Los soldados, cansados, volvieron al campamento.
- Los soldados cansados volvieron al campamento.
En el primer caso, todos volvieron al campamento y todos estaban cansados. En el segundo, sólo regresaron los que estaban cansados.
Otros ejemplos:
Una coma puede ser una pausa.
No, espere.
No espere.
Puede hacer desaparecer tu dinero.
23,4
2,34
Puede crear héroes.
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.
Puede ser la solución.
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Cambia tu opinión.
No queremos saber.
No, queremos saber.
La coma puede condenar o salvar.
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemenica!
¿Ves la importancia de las comas?
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