La muerte es objeto de homenaje y celebración este Día de Muertos, cuando millones de mexicanos rendirán tributo a los seres queridos que “se han adelantado” en su camino al descanso eterno. Sin embargo, cuando se trata de prepararse para ese rito de paso, la mayoría de los mexicanos no contempla gastos funerarios dentro de sus prioridades de ahorro, como puede ser seguros de gastos médicos, de vida o ahorros para la vejez.
La realidad es que el mexicano está dispuesto a hablar de la muerte, siempre y cuando no se trate de la muerte de uno mismo. De acuerdo con una encuesta realizada por la comparadora de servicios financieros ComparaGuru.com, en colaboración con la empresa de estudios de mercado Brad.Feebbo, el 44 por ciento de los mexicanos nunca han siquiera pensado en el pago del ataúd, entierro o cremación de su cuerpo.
Mientras que el 56% de los adultos del país asegura que ha pensado en los gastos que deberán cubrir sus familiares cuando fallezca, lo cual según una investigación realizada por TVP en Sinaloa, no es poco.
Los gastos funerarios en México están, literalmente, “de muerte”, ya que pueden elevarse hasta unos 100 mil pesos si se consideran lujos. Y es que hasta para pasar a mejor vida hay quienes no escatiman y se van “a lo grande”.
Empezando por lo primero ¿entierro o cremación? Para quienes piensen que la propiedad en el cementerio es muy costosa y consideren la incineración como una opción, hay que detallar que este proceso, sin ningún servicio funerario incluido, cuesta alrededor de 10 mil pesos, más el costo de la urna, de madera o acrílico, que definitivamente es más económica que el ataúd. Sin embargo, cuando una persona es cremada usualmente suele tener un servicio funerario de cuerpo presente, lo cual puede elevar el costo hasta otros 10 mil pesos más, incluyendo el traslado del cuerpo a la funeraria, su arreglo personal, la renta de un ataúd por 24 horas, y la sala de velación.
Además, hay que considerar el lugar final de reposo de la urna; aunque algunas personas optan por mantener las cenizas hay quienes las depositan en un osario, o nicho, en un cementerio, el cual tiene capacidad usualmente para múltiples urnas y que puede tener un costo de hasta más de 10 mil pesos, dependiendo de su ubicación, incluyendo la placa de mármol grabada con el nombre del fallecido o el apellido de la familia a quien le pertenece el espacio.
En caso de seleccionar la modalidad de entierro, entonces hay muchas otras cuestiones que considerar, como la capacidad de personas por gaveta o propiedad en el cementerio, cuyo mínimo son dos cuerpo y un máximo de cuatro, habiendo una diferencia de unos 4 mil pesos entre uno y otro.
Para la comodidad de los familiares del difunto, las funerarias han generado paquetes que ya incluyen los servicios funerarios antes mencionados, más los trámites necesarios y el traslado del cuerpo en carroza al lugar de descanso final. Éstos rondan alrededor de 28 mil pesos en el caso de gaveta de cuatro personas, y unos 24 mil para dos personas.
Pero todo esto NO INCLUYE, el ataúd, que puede ser de metal o de madera, y que varía entre los más económicos de unos 3 mil pesos hasta los más lujosos, que pueden alcanzar los 100 mil pesos o hasta más, ya que son de madera de caoba, o cuentan con adornos o hasta grabados. Para aquellos que ya cuentan con una propiedad en el cementerio y sólo deseen el ataúd y los servicios funerarios, la empresas ofrecen paquetes que varían desde los 20 mil hasta los 30 mil pesos, dependiendo del tipo de ataúd, entre mayor rango de calidad y diseño, mayores los servicios incluidos.
¡Y no hay que olvidar las flores! Si bien muchos esperan a que amigos envíen sus condolencias con coronas y ramos, la mayoría incluye al menos un arreglo sobre el ataúd y otro aún mayor a los pies de éste, los cuales rondan en unos 600 pesos.
Este año los miembros de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Los Mochis, la delegación en Sinaloa de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y floristas acordaron incrementar de un 10 a un 15 por ciento el precio de algunos productos, entre ellos las flores más populares para la celebración del Día de Muertos y que suelen emplearse en los arreglos funerarios, como la gladiola, el pompón, la margarita, el spyder, la heleonora y la codorniz, cuya docena pasó de 60 pesos a 70.
Ahora que si además se trata de una persona religiosa, hay que considerar los gastos de la Iglesia, tanto para la misa de cuerpo presente, como para las tres misas siguientes que suelen acostumbrarse.
Definitivamente la muerte es un negocio, y en un país donde la violencia va a la alza, mientras uno sufre con las malas noticias, otros se llenan los bolsillos con ellas. En México, morir es caro, y casi nadie incluye estos gastos en sus ahorros, por lo que la deuda final es totalmente absorbida por lo vivos, quienes además deben hacer frente posiblemente a otras deudas que haya dejado el difunto.
Por ello, por más extraño que parezca, la recomendación es prever esta situación, pues los paquetes funerarios comprados a largo plazo son mucho más económicos. Y bueno, cuando la muerte llega de manera inesperada, hay que tomar en cuenta que algunas empresas cuentan con pagos a meses sin intereses, donde usualmente se paga un anticipo del 50 por ciento y el resto se cubre en seis plazos.
Nadie quiere hablar sobre el día en que uno ya no esté, pero la realidad es que es necesario hacerlo, no sólo para discutir este tipo de gastos sino para estipular los detalles de su descanso final, mientras unos prefieren estar bajo tierra, otros desean descansar en cenizas, y la diferencia entre una y otra, es mucha. Tanto en los bolsillos, como en la mente de quienes se quedan y, sobre todo, en la fantasía de quienes se van.
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