La flor de cempasúchil está fuertemente ligada a la tradición del Día de Muertos. En cada altar y tumba de México se puede observar a estar bellísima y colorida flor acompañando las ofrendas y velas, sin embargo, ¿sabías que la flor de cempasúchil tiene una historia llena de amor?
La leyenda dice que Xóchitl y Huitzilin estuvieron unidos por el amor desde que eran muy pequeños. Siempre compartieron juegos y los paseos por el pueblo.
Todas las tardes, la pareja subía a la montaña dedicada a Tonatiuh, dios azteca del sol. En cada visita, le llevaban un ramo de flores. En ese lugar juraron amarse por siempre bajo cualquier circunstancia, incluso después de la muerte.
Un día, la guerra llegó y Huitzilin, como buen guerrero tuvo que separarse de su amada para defender las tierras aztecas. Después de un tiempo, Xóchitl recibió la noticia de que su compañero había muerto.
Hundida en un profundo dolor, la mujer pidió al dios Tonatiuh que la librara de su sufrimiento y la reuniera con su amado.
Ante esto, el dios del sol, agradecido por las ofrendas que los jóvenes llevaban a su montaña, decidió cumplir la petición de la desdichada joven: dejó que sus rayos cayeran sobre Xóchitl, en el momento en que su piel se iluminó se transformó en una flor de un color amarillo tan intenso como la luz del sol.
Minutos después, un colibrí se posó en el centro de la flor. La historia nos dice que era la reencarnación de Huitzilin, por lo que al hacer contacto con la planta, ésta abrió sus 20 pétalos liberando un aroma intenso.
Siguiendo la orden de Tonatiuh, el amor de los dos jóvenes aztecas permanecerá mientras haya colibríes y flores de cempasúchil en los campos mexicanos.
Un elemento fundamental en este #DíaDeLosMuertos es la flor de cempasúchil. ¡Descubre la leyenda detrás de su origen! #ElViajeContinúa pic.twitter.com/Iixw4jboaP
— Aurelio Nuño (@aurelionuno) 1 de noviembre de 2017
Con información de El Universal y Sectur.
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