Cada 2 de noviembre en el marco de la celebración del día de los fieles difuntos, las familias mexicanas acostumbran honrar la memoria de sus seres queridos que ya no están en este mundo terrenal de una manera muy peculiar, acuden a las tumbas a llevar flores, ofrendas, encender veladoras, colocar alrededor lo que disfrutaban en vida así como recordarlos contando anécdotas de los momentos que compartieron juntos.
Es una tradición milenaria que se ha ido heredando de generación en generación y que cada año se mantiene viva, pues a decir de quienes participan en los rituales propios de esta fecha es la mejor forma de no olvidarlos y honrar su recuerdo.
Tal es el caso de la familia Melchor que llevan 32 años visitando cada día de muertos la tumba de su padre Entre los niños y jóvenes esta costumbre es importante inculcar señalan las familias mexicanas pues es una de las tantas tradiciones que nos distinguen como mexicanos, además de mantener vivo el recuerdo de familiares y amigos que se han adelantado en el camino.
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