Un sacerdote de Rumanía perdió los nervios mientras bautizaba a un bebé en el interior de la iglesia. La desesperación del cura iba acorde con la ira llorona del bebé que, a juzgar por su contrariedad, parece un ateo convencido.
Este cura de Brăila, en el sureste de Rumanía, pierde los papeles y hasta el hábito. Nervioso porque no sabe parar el llanto del recién nacido al que debe bautizar, se sube el hábito hasta la cara en un gesto de impotencia absoluta.
El cura agarra el bebé como si fuera un objeto o un cachorro de gato maltratado, por lo cual no resulta extraño que la criatura se enfurezca.
La ceremonia tuvo lugar en Rumanía, un país de tradición cristiana ortodoxa, y en dicha corriente el bautismo se efectúa sumergiendo al bebé por completo.
“Estoy alucinando el bautismo en una iglesia en Brăila. La gente se horrorizó cuando el sacerdote nervioso agarró al bebé. ¡Impactantes imágenes!”: esta es la descripción del video, que ha tenido medio millón de visitas en YouTube.
Al final la ley vence contra la rebeldía, claro, y el sacerdote termina por sumergir al bebé desnudo en el agua de muy malas maneras.
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