La idea de animales como guías espirituales no es exclusiva de México; sin embargo, tanto en Centroamérica como en el País corre la leyenda de una conexión aún más profunda entre ser humano y animal: los nahuales.
Según las creencias mesoamericanas, los nahuales son brujas o brujos que mediante artes oscuras logran transformarse en animales, específicamente en su animal espiritual, que se manifiesta en sueños o visiones para guiar y proteger a la persona, y suele determinarse de acuerdo con el animal más próximo que ronde el terreno cercano al lugar de nacimiento.
La palabra “nahual”, es difícil de definir, pues puede tener su origen en varios conceptos del náhuatl, por lo que su significado puede traducirse tanto en “ocultarse”, como “engañar” o “doble", y puede ser empleada tanto para referirse al animal espiritual como al chamán con la habilidad de mutación.
Esta habilidad podía ser utilizada para el bien, pero las leyendas tienden a representar a los nahuales como seres malignos que utilizan sus poderes para embrujos y travesuras.
El término “nahual” no quedó únicamente como una creencia indígena, sino que también fue empleado por los españoles tras la conquista. El misionero franciscano Bernardino de Sahagún se refiere al nahual, a mediados del siglo XVI, en su Historia General de las Cosas de la Nueva España (Libro X, Capítulo IX):
“El nahualli propiamente se llama brujo, que de noche espanta a los hombres y chupa a los niños. El que es curioso de este oficio bien se le entiende cualquier cosa de hechizos, y para usar de ellos es agudo y astuto; aprovecha y no daña. El que es maléfico y pestífero de este oficio hace daño a los cuerpos con los dichos hechizos, y saca de juicio y ahoga; es embaidor o encantador”
Los españoles decían que los nahuales sólo podían transformarse de noche y que atacaban a los niños con embrujos; también existen leyendas coloniales en las que se habla de noches de cacería en las cuales se mataba a algún animal y al amanecer el cadáver de éste se había convertido en ser humano.
Debido a estos mitos, la Santa Inquisición persiguió a los nahuales durante mucho tiempo. Cientos de años han transcurrido desde entonces y aún hoy en día, los fieles católicos en algunas regiones del País asocian a los nahuales con la práctica de otras religiones, especialmente aquellas consideradas paganas.
Tan sólo hace unos días, en la comunidad de Michapán Rosa Real, en Acayucan, Veracruz, la Policía Naval tuvo que intervenir y recatar a una mujer y su hijo que estaban a punto de ser linchados al acusarlos de ser nahuales que realizaban ritos satánicos como parte de sus prácticas en la iglesia Pentecostal.
El pentecostalismo es un movimiento evangélico de iglesias y organizaciones cristianas que recalcan la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo, tanto en la conversión a la religión como a través del don de lenguas, es decir la habilidad de hablar múltiples idiomas que la persona desconoce, lo cual es considerado una señal divina.
El pasado 14 de marzo, pobladores de la misma localidad intentaron incendiar la iglesia ubicada en el barrio La Camboya, al acusar al pastor de realizar actos satánicos.
Entre las leyendas más populares sobre nahuales, se encuentra la de Huay Chivo, en Yucatán, que narra la historia de un viejo hechicero con la habilidad de transformarse en un aterrador ente, mitad hombre, mitad chivo, después de haber vendido su alma al diablo. Este ente sobrenatural retoma elementos de los nahuales, aunque difiere en la mutación parcial en el animal.
En los poblados del interior del estado es común escuchar diversas anécdotas sobre encuentros con Huay Chivo. Incluso se dice que si una persona se cruza en su camino, debe desviar la mirada para evitar ser embrujado con “un mal aire” y padecer fiebre y otros malestares. En otras regiones del País, existe la creencia que de toparse con un nahual uno debe aventar un sombrero frente a él y así éste se alejará de su camino.
¿Pero qué si no traes un sombrero contigo? Por si sí o si no, si te topas con un animal que haga que sientas un frío aterrador y esté acompañado de mal olor, mejor no lo mires a los ojos y despacio aléjate.
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