Cada año en esta temporada, los tianguis y mercados suelen ofrecer estas especies vegetales al por mayor, algo que puede parecer completamente normal a la mayoría de los mexicanos; pero, no lo es, ya que la mayoría de estos establecimiento realizan su venta de manera ilegal.
En sí, la comercialización del musgo y heno no es ilegal, pues la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorga permisos para realizar su aprovechamiento, pero esto implica que se deben cumplir con normas de cuidado y preservación, de lo contrario se estaría violando la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, la cual regula la protección, conservación, uso sustentable y restauración de los ecosistemas, recursos forestales y sus servicios ambientales; así́ como la zonificación, el manejo y la ordenación forestal.
Contrario a lo que se cree, el heno no es una plaga como se piensa; es una planta epífita, es decir que vive sobre los árboles, pero sólo como soporte, no como parásito, pues ella produce su propio alimento y al igual que el musgo forma un microecosistema para otras especies de plantas e insectos. Por su parte, el musgo ayuda a mantener la humedad del suelo, lo que previene la erosión; a la captación del agua y a la germinación de semillas de otras plantas.
Además, el musgo es una especie que no puede cultivarse, pues sólo se genera en bosques bien conservados, con mucha humedad y tarda aproximadamente siete años en crecer; por lo que al comprar estas especies en establecimiento ilegales los mexicanos inconscientemente están promoviendo la extracción ilegal, el deterioro y erosión de los bosques, así como la reducción de la biodiversidad.
Por ello, la Semarnat expidió en el 2003 la Norma oficial Mexicana NOM-011-RECNAT-1996, que establece procedimientos, criterios y especificaciones de aprovechamiento, transporte y almacenamiento de musgo, heno y doradilla, en la que se especifica que sólo se deben aprovechar sólo plantas en la etapa de madurez de cosecha.
En el caso del musgo se debe aprovechar en manchones o franjas de dos metros de ancho como máximo, siguiendo el contorno del terreno, y extrayendo, como máximo, el 50 por ciento de las existencias en cada sitio aprovechado, para asegurar su regeneración; y no se puede aprovechar el mismo sitio hasta que se haya recuperado completamente.
Al realizar el aprovechamiento de heno, no se debe derribar o dañar a las especies arbóreas o arbustivas, ni aprovechar este producto en aquéllas que sirven como refugio permanente de especies de fauna silvestre.
De igual manera, al momento de extraer las plantas, se debe tener cuidado de no levantar el suelo donde están adheridas, para no dañar las plantas que se dejarán en el terreno.
Puede que se vea bonito, que parezca algo común adornar tu casa con estas especies en esta temporada temporada navideña, pero recuerda que lo que para ti es considerado una decoración pasajera originalmente era un ecosistema y un recurso natural clave en la conservación de los suelos.
Estas fiestas navideñas no compres heno ni musgo, y si lo haces asegúrate de que éste haya sido extraído bajo el cumplimiento de la ley. Seguro al niño Jesús no le molestará que su pesebre esté decorado con paja o aserrín en su lugar.
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