Poner el arbolito es una de las tradiciones navideñas que más ilusión le hace a niños y a adultos. El árbol navideño es prueba irrevocable de que las fiestas decembrinas han llegado y con sus luces y esferas brindan al hogar un aire de esperanza, magia y emoción que suele transportarnos a algunos de los momentos más felices de nuestra vida.
De acuerdo con una encuesta de Consulta Mitofsky, en el 2014, 78 por ciento de los mexicanos encuestados ubicó esta tradición como la segunda más importante, después de la cena familiar navideña.
Pero cada el dilema es el mismo: ¿árbol natural o árbol artificial? La decisión siempre es complicada pues por un lado todos amamos el maravilloso olor de un árbol natural en casa, pero por otro, sus costos suelen ser más elevados y sabemos que terminará seco al final de la temporada.
Entonces ¿cuál es la mejor alternativa? ¿Qué es lo más ecológico? La realidad es que independientemente de la decisión que tomes, estudios han demostrado que el árbol de Navidad, ya sea natural o artificial, no impacta significativamente al medio ambiente. De acuerdo con la American Christmas Tree Asociation (ACTA) este elemento compone menos del 0.1 por ciento de la huella de carbón promedio anual de una persona.
Aún así, ningún esfuerzo es inútil, y cada granito de arena que uno pone para cuidar el medio ambiente debería considerarse significativo, por lo que para tomar una decisión responsable es importante informarse al respecto.
Según la compañía británica Carbon Trust un árbol de dos metros sin raíces deja una huella de entre 3.5 kilogramos y 16 kilogramos de dióxido de carbono, dependiendo de si éste termina siendo quemado o en el basurero, lo cual representa una gran diferencia.
Si eres de los que cree que quemar el árbol navideño es malo para el medio ambiente, déjame decirte que estás muy equivocado. Si bien lo ideal es que éste fuera reciclado para realizar composta, quemarlo resulta la segunda opción más ecológica, ya que de terminar en el basurero el árbol se descompone lentamente liberando mayor cantidad de metano, el cual es un gas que contribuye en gran medida al efecto invernadero. De hecho, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el metano tiene 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
Una buena opción si decides comprar un árbol natural es llevarlo al final de la temporada a centros de acopio especializado para su reciclaje, los cuales son señalados usualmente por los gobiernos locales a partir del 6 de enero. Según datos de la Profeco, tan sólo en 2014 en la Ciudad de México fueron recopilados 101 mil 640 pinos de navidad naturales, 16.2 por ciento más que el año anterior.
En comparación, un árbol artificial deja una huella de hasta 40 kilogramos de dióxido de carbono, lo cual es significativamente mayor que la de uno natural; sin embargo, la diferencia está en que este ejemplar puede ser reutilizado, es decir que de utilizarlo tres años seguidos estarías produciendo menos huella de carbono que comprando un árbol natural que termina en la basura. Además, de acuerdo con la ACTA, el promedio de vida de un árbol artificial es en realidad de 11 años, así que a la larga resulta una alternativa bastante ecológica.
En el caso de México, el gobierno promueve la compra de un árbol natural, ya que desde hace 50 años se realizan plantaciones específicas para este fin en el País, según información de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), las cuales no generan ninguna afectación al medio ambiente.
El cultivo de este tipo de árboles mexicanos se realiza en viveros especializados y requieren de un permiso emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el cual avala su legal procedencia. Para asegurarse que el árbol que estás comprando cumple con esta característica, deberás observar una etiqueta con el nombre del distribuidor autorizado y recomendaciones de cuidado en su parte baja.
Otra forma es dirigirse directamente con los distribuidores autorizados para su venta. Para ello puedes revisar la siguiente lista ofrecida por la Conafor: Árboles de Navidad: Directorio y Puntos de Venta
Si piensas comprar un árbol natural definitivamente la mejor opción es asegurarse que haya sido cultivado en territorio nacional. Así es, hay que decir no a los árboles importados de Canadá y Estados Unidos, pues además que no contribuyen a la generación de empleos nacionales su transportación representa un aumento significativo en su huella de carbón, lo que significa que no importa si son orgánicos, los vehículos utilizados para su importación son mucho más contaminantes que el árbol en sí.
De acuerdo con el Manual de Productores de Árboles de Navidad de la Conafor, las plantaciones forestales comerciales de árboles de navidad son una alternativa para producir los árboles que demanda el mercado nacional, sin afectar los bosques nacionales.
De esta manera, se contribuye a mejorar el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales, toda vez que al momento de cortar un árbol, en la siguiente temporada de lluvia se planta otro, o se utilizan los rebrotes para formar un nuevo árbol.
Otra alternativa es comprar un árbol con raíces el cual pueda ser plantado nuevamente en tu localidad si ésta cuenta con el clima adecuado para su crecimiento. Por último hay quienes este año decidirán festejar Navidad sin árbol y eso también es respetado, al final de cuenta la decisión final es tuya, sólo asegúrate de tomarla de manera consciente.
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