El 45 % de los brasileños conoce a alguna mujer que ya abortó pese a que la práctica es prohibida en el país pero solo un 26 % apoya la posibilidad de que las mujeres puedan interrumpir su embarazo legalmente, según una encuesta divulgada hoy por el Instituto Locomotiva de Pesquisa.
El mismo estudio mostró que, además del poco apoyo a la legalización del aborto, la mitad de los brasileños (50 %) considera que una mujer que interrumpe su embarazo intencionalmente tiene que ser condenada a prisión.
El sondeo fue encomendado por el Instituto Patricia Galvao, una organización no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos de las mujeres, en momentos en que la Cámara baja analiza una enmienda constitucional que puede restringir el aborto en Brasil.
Actualmente la legislación permite el aborto en el país en caso de violación, riesgo de muerte para la madre y casos de anencefalia del feto, pero una enmienda constitucional puede prohibirlo incluso en estas situaciones.
De acuerdo con el estudio, pese a que la mayoría es contraria al derecho al aborto, también hay mayoría favorable a la interrupción del embarazo en los casos ya previstos por la legislación: cuando al feto se le diagnostica una enfermedad grave o incurable (50 %), cuando hay riesgo de muerte para la madre (61 %) y cuando se trata de una víctima de violación (67 %).
Igualmente hay altos porcentajes de apoyo al aborto en otros casos específicos, como cuando se trata de un embarazo no planeado, cuando la familia no tiene condiciones financieras para sustentar al hijo o cuando se trata de niñas con menos de 14 años embarazadas.
"El estudio capta la percepción (favorable) de la población a las excepciones previstas por la ley en momentos en que congresistas defienden la total restricción del aborto", según la directora ejecutiva de la Agencia Patricia Galvao, Jacira Melo.
"Hay una parte significativa de la sociedad que acepta y quiere pensar la problemática del aborto de forma racional. La intención del estudio es contribuir al debate teniendo en perspectiva la percepción de la sociedad. Los datos del estudio sorprenden positivamente porque muestran que parte significativa de la población entiende la necesidad de las excepciones", agregó.
La encuesta interrogó entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre a 1.600 personas con más de 16 años en las doce mayores regiones metropolitanas del país, que concentran cerca del 80 % de la población brasileña.
De los encuestados, 62 % dijeron ser contrarios al derecho de la mujer a decidir sobre la interrupción de su embarazo, un 25 % dijo ser favorable, un 10 % dijo no ser contrario ni favorable y un 2 % no supo responder.
Mientras que el 50 % dijo estar de acuerdo en que la mujer que aborta tiene que ir a la cárcel, un 38 % dijo no estar de acuerdo y un 12 % afirmó que ni está de acuerdo ni en desacuerdo.
Sin embargo, cuando son interrogados sobre lo que harían en caso de que una mujer conocida quisiese abortar, un 47 % dijo que no haría nada y un 12 % que le daría apoyo, mientras que un 19 % afirmó que discutiría con la interesada y un 7 % que llamaría a la policía.
Para el Instituto Patricia Galvao, el sondeo comprobó que la clandestinidad no impide que Brasil registre índices muy elevados de abortos, hasta el punto que casi mitad de la población conoce a alguna mujer que lo practicó.
Pese a que el Ministerio de Salud carece de estadísticas confiables sobre el número de abortos en el país, cifras de los hospitales muestran que diariamente en promedio cuatro mujeres buscan atención médica por complicaciones de abortos mal practicados.
Con información: EFE
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