La cena navideña es una delicia que definitivamente pesa en el bolsillo de los mexicanos, en el 2016 la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) de la Ciudad de México reveló que, de acuerdo con una encuesta realizada por el organismo, el tradicional manjar puede llegar a costar unos cuatro mil 717 pesos, para una familia de cuatro a seis integrantes, aunque de manera individual el costo puede elevarse hasta los mil 313.04 pesos.
Y es que los platillos típicos de cada región para la cena navideña no son nada baratos. Por ejemplo, en el 2014, un estudio del Gabinete y Comunicación Estratégica (GCE) reveló que un 46.4 por ciento de los mexicanos siguen la tradición de cenar pavo, el cual tiene un costo de alrededor de 80 pesos el kilo ahumado, y usualmente tienen un peso entre 6 y 8 kilos; es decir que un mexicano se gasta entre 480 y 640 pesos únicamente en el pavo.
Aunque el origen de este platillo puede remontarse a la tradición culinaria azteca, dado que el guajolote es una especie que abundaba en el territorio mexicano, no se popularizó en el País hasta que los jesuitas la introdujeron como parte de su consumo habitual en colegios, donde los criaban para sustituir las carnes rojas, ya que tiene entre 50 y 75 por ciento menos grasa, lo que equivale a unas 130 calorías por cada 100 gramos, en comparación con carnes de origen porcino, vacuno o bovino.
En cuanto al consumo de pavo en fechas navideñas, esta costumbre llegó a México gracias a la corona británica, que tras su conquista en el territorio estadounidense iniciaron la tradición de Día de Acción de Gracias con la famosa cena de pavo relleno. De ahí que se considerada este platillo como un manjar en fechas especiales, lo cual fue adoptado como los feligreses católicos en el resto de América y Europa.
Pero el pavo no es el rey absoluto de las fiestas en el País, México destaca por incorporar platillos tradicionales de su propia cultura en la mesa. Los romeritos son famosos en estas fiestas, así como en Semana Santa.
El romerito es una planta nativa que se caracteriza por crecer en suelos salitrosos, cuenta con más de 110 especies que crecen en sitios salinos, litorales o estepáricos, especialmente en suelos inundados y húmedos en las regiones de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, México, Distrito Federal, Tlaxcala y Puebla.
Aunque se sabe de su consumo mucho antes de la conquista española, durante el virreinato no eran bien vistos por los españoles, pues a pesar de su buen sabor eran considerados como maleza y los veían como un alimento inferior; por lo que durante muchos años fueron marginados y suprimidos de las cocinas de los burgueses europeos.
No fue hasta el siglo XVIII cuando las carencias económicas eran palpables en los conventos, que presuntamente unas monjas carmelitas decidieron preparar un revoltijo con diversos ingredientes económicos que tenían a la mano, formando así el tradicional platillo compuesto de papa, nopales, camarón, mole y, por supuesto, romeritos.
Además, al tener altos valores de vitamina B2, vitamina A y vitamina C, hierro, potasio, calcio, proteína y fibra son una excelente opción para personas vegetarianas o que llevan control de su nivel de colesterol.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, la Ciudad de México es el principal productor de romerito a nivel nacional seguido del estado de Morelos, con una producción promedio de 8.15 toneladas durante el periodo 2003-2013.
Si bien los romeritos son muy populares en el centro del País, según el estudio realizado por el GCE, sólo 7.4 por ciento de los mexicanos acostumbran preparar este platillo en la víspera de Navidad.
Por otro lado, un 5.1 por ciento prefirió el bacalao a la Vizcaína como platillo fuerte, el cual se prepara principalmente en Veracruz, pues el bacalao es común en el Golfo de México, y la receta llegó al País con los españoles, misma que se fue adaptando al consumo de alimentos de la región.
Finalmente, no podía faltar los tradicionales tamales, los cuales son comunes durante las fiestas para el 6.1 por ciento de los habitantes del territorio nacional, de acuerdo con el GCE.
La realidad es que la cena navideña es una mezcla no sólo de costumbres españolas y mexicanas, sino también de religiones y estilos de vida. Cada familia tiene una tradición particular, en algunos hogares predomina el pavo, en otro la pierna de cerdo, y habrá quienes no pueden concebir de las fiestas sin bacalao sobre la mesa. Lo importante no es lo que se come esa noche sino con quién lo compartes.
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