La plazuela Obregón se transforma junto con la sociedad, con las modas, tendencias, autos y personas, Tomas Rodríguez es testigo de los cambios de la ciudad desde su ocupación, en su puesto para bolear zapatos.
Desde adolescente llegó a aprender la profesión como un ingreso extra pero que se convirtió en su principal sustento de vida.
Ha boleado zapatos de todo tipo de personas, humildes, pudientes y de políticos.
Su lugar de trabajo cambió con las décadas, fue objeto de remodelaciones, de críticas y de manifestaciones.
Tomás Rodríguez es bolero en la plazuela Obregón junto con 20 personas más, que a diario en los zapatos obtienen su ingreso familiar.
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