Remplazar utensilios de piedra dio origen a la tradición de la alfarería elaborada de barro cocido.
En el año de 1528 por los mayas fue creado Amatenango, un poblado famoso por sus mujeres alfareras quienes desde tiempos previos a la conquista heredaron ese oficio de sus madres para después trasmitirlo a sus hijas.
El oficio de la alfarería se ha mantenido vivo al paso de los siglos, por sus calles es posible ver a mujeres vender y realizar estos artículos, en los que en su elaboración utilizan métodos prehispánicos, mismos que van desde la recolección de la materia prima, una vez conseguida la tierra le revuelven arena o arcilla para darle consistencia y pulir las piezas antes de ponerlas al fuego para pasar a darle vida y color a la figura.
La alfarería es una tradición de México para el mundo y a pesar de su arduo trabajo genera pocas ganancias, lo que hace a las mujeres trabajar en equipo para generar más ingresos.
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