En cualquier otra época del año el ser llamado “fiestero” sería una simple alusión al gran gusto de disfrutar de la fiesta, de la parranda, de la “buena vida” de vagar por las calles, bares y restaurantes a altas horas de la madrugada y consumir bebidas alcohólicas hasta ponerse “alegres”, por no decir borrachos o ebrios.
Pero no durante la Semana Santa, al menos no en algunos pueblos con arraigadas tradiciones indígenas, como el ejido de El Recodo, que siguen la tradición mayo, y la comunidad yaqui La Matanza, ambos en Sonora. En ellos ser un “fiestero” durante Semana Santa tiene otro significado, uno honorable y digno.
Los Mayos son un pueblo que habita principalmente al sur del estado de Sonora, cuentan con lengua, usos, costumbres y tradiciones propias, pero debido a la evangelización cristiana adoptaron, como la mayoría de los pueblos indígenas en México, la religión católica, lo cual hace se Semana Santa una fiesta bastante especial, sobre todo debido a la representación de la Pasión de Cristo.
Si bien en gran parte del País, se les conoce como “fiesteros” a las personas que participan en las “fiestas” tradicionales de Semana Santa, en El Recodo se les conoce así a las personas encargadas de proteger al “Viejo”, es decir al hombre que representa a Jesucristo durante su captura por los fariseos, un rol que es altamente respetado en la comunidad.
“Los fiesteros” aseguran el cuidado e integridad del “Viejo” durante las actividades, ya que la interpretación de los fariseos tiende a subirse de tono en el calor de la fiesta, de tal manera que son los protectores de Jesús durante el recorrido, que suele ser mayor a un kilómetro. Así, mientras los fariseos bailan y se burlan a su alrededor, los fiesteros cuidan y dan de beber agua al Viejo para que este llegue en relativas buenas condiciones hasta la Cruz donde se recrea la crucifixión.
De igual manera, en la cultura yaqui se les denomina como “fiesteros” a quienes tienen la responsabilidad de organizar las celebraciones rituales de Semana Santa, en algunos poblados de Navojoa se selecciona a 12 personas haciendo alusión a los 12 apóstoles y es considerado un gran orgullo ser elegido.
En la cultura yoreme, los “fiesteros” suelen ser parte de una cofradía de danzantes o músicos; mientras que en el caso de los indígenas tepehuanos de Durango, Nayarit y Chihuahua éstos tienen un responsabilidad aún mayor pues para poder encomendarse en cuerpo y alma a sus tareas dejan de comer sal, procuran no enojarse y se abstienen de bebidas alcohólicas y relaciones sexuales durante una semana para purificarse; además ayunan un día completo antes del inicio de la Semana Santa, y no se bañan, no escuchan la radio, no cantan ni se ríen durante los días santos.
Sin duda, para nada la definición de “fiestero” a la que estás acostumbrado, ¿no crees?
Notas de interés:
