Leodoro, durante mas de 20 años se ha dedicado a tejer sillas, un oficio que aprendió en el mercadito Rafael Buelna y que se convirtió en su fuente de ingresos.
Cuando era más joven, trabajó la joyería, sin embargo el encarecimiento del oro, lo obligó a dejar ese oficio y convertirse en restaruador de muebles antiguos, una actividad que requiere mucha paciencia y dedicación, ya que la elaboración del tejido de sillas, requiere de concentración para no perder la secuencia al tejer.
Leodoro asegura que después de 20 años trabajando como tejedor, por sus manos han pasado cientos de sillas, algunas que son reliquias con más de 150 años de antigüedad, muebles que en muchas ocasiones tienen un significado sentimental y que las personas quieren conservar en buen estado.
Tejer una mecedora, puede llevarle a Leodoro hasta un día completo, ya que en cada trabajo siempre busca imprimir la calidad que los clientes buscan y esto le ha redituado en que son ellos mismos quienes lo recomiendan para que durante todo el año no le falte trabajo.
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