Lo llaman “el espejo del mundo”, por la forma maravillosa forma en que refleja el cielo durante temporada de lluvias, pero esta visita obligada para todo amante de la fotografía, también esconde grandes peligrosos.
Con más de 10 mil kilómetros cuadrados de extensión, Uyuni es considerado el mayor desierto de sal del mundo, además del más alto, al estar situado en la cordillera de los Andes, en Bolivia, a una altitud de 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
Entre diciembre y marzo, cuando es temporada de lluvias, los turistas pueden ser testigos de un impresionante fenómeno, ya que la la sal se vuelve impermeable y el agua se acumula en la superficie, creando un efecto espejo que provoca que el cielo y la tierra se fusionen.
Sin embargo, lo que tiene de hermoso también lo tiene de peligroso, ya que debido a las lluvias y al efecto espejo se ha vuelto una trampa mortal para los vehículos que lo atraviesa, en su mayoría jeeps de agencias de turismo, los cuales suelen atorarse en el fango y hasta volcarse.
En marzo del 2017, cinco turistas fueron rescatados después de casi 24 horas de estar perderse durante una fuerte tormenta. El vehículo fue encontrado a 50 kilómetros del municipio de Colcha K., con la caja de cambio y los neumáticos completamente enfangados en el lodo en medio del salar anegado por el agua. A pesar de las bajas temperaturas a las que estuvieron expuestos en la noche, las cuales pueden ser de hasta -15 grados, los turistas fueron encontrados sin graves problemas de salud.
Y es que no hay que olvidar que al final de cuentas se trata de un desierto, en el cual es difícil ubicarse por la inmensidad de tu territorio y durante el día cuenta con altas temperaturas y durante la noche con temperaturas bajo cero. Además, incluso en época de lluvia el agua potable es nula, ya que al tocar el suelo salado deja de ser potable, por lo que perderse en su bastedad, incluso sin haber sufrido un accidente puede ser eventualmente mortal.
Definitivamente manejar en el salar no es cosa fácil. Durante la temporada de lluvias, el reflejo puede llegar a desconcertante para los conductores, además debido al agua existen altos riesgos de enfangarse o hasta volcarse si se maneja a exceso de velocidad, pues en ocasiones los conductores tienden a perder control del vehículo al derraparse.
Por otro lado, durante la temporada de sequía, de mayo a noviembre, el calor del sol ocasiona la evaporación del agua, que intenta salir hacia la superficie y romper la sal, creando fracturas que se presentan como una serie de hexágonos en el suelo, lo cual hace que el terreno sea sea turbulento. Por esta razón es importante buscar una compañía de turismo confiable con buenas referencias profesionales para llevar a cabo el tour.
En octubre del 2017, dos turistas españoles murieron aplastados cuando el vehículo en que viajaban junto con otros tres turistas de origen israelí se volcó por negligencia del conductor, lo que llevó a la la clausura definitiva de la empresa de turismo que lideraba la excursión.
La mayoría de los tours a través del salar son de varios días, ya que visitan distintos puntos característicos como el hotel de sal y otros lugares relativamente cercanos en la Reserva Natural de Fauna Andina Eduardo Avaroa (en la frontera de Chile y Argentina), a unas cincos horas del salar. Por ello, las carreteras suelen ser extremadamente peligrosas, pues el cansancio es el peor enemigo de los conductores en esta zona.
En mayo del 2018, trece personas murieron calcinadas cuando dos vehículos chocaron frontalmente y explotaron. Al parecer uno de los conductores se quedó dormido y en medio del paisaje tomó el carril equivocado, encontrándose de frente con el otro vehículo. Entre las víctimas se encontraban cinco turistas japoneses, cinco turistas israelíes y tres conductores bolivianos. Sólo un cuarto conductor logró sobrevivir al accidente.
Ante todos estos peligros, se recomienda tomar las precauciones necesarias, contratar una empresa de turismo confiable, mantener contacto durante el trayecto con una base que tenga registro de sus salidas y llegadas a los diversos puntos del viaje, y llevar consigo ropa adecuada, alimentos y bebidas. El salar de Uyuni es definitivamente un lugar que vale la pena visitar, sólo hay que hacerlo de la manera más segura posible, después de todo a la naturaleza hay que admirarla, pero también respetarla.
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