San Salvador, 11 mar (EFE).- El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, celebró hoy, junto a la feligresía católica, el quinto aniversario de la elección de Francisco como papa, en una misa que se realizó en la Catedral Metropolitana de San Salvador.
El mandatario, quien asistió a la conmemoración en compañía de su esposa, Margarita Villalta de Sánchez, destacó que el Gobierno se une al pueblo salvadoreño "a la celebración de estos 5 años de papado de Francisco, en los que el país ha sido bendecido con la beatificación y próxima canonización de monseñor Romero".
Añadió que "esto permite al pueblo seguir trabajando por la paz, seguir trabajando por la justicia, seguir trabajando también por los más necesitados".
Sánchez Cerén destacó que el papa Francisco ha dado al país centroamericano "grandes mensajes" relacionados con "la defensa de los migrantes, del medio ambiente y ha inspirado a trabajar por la paz mundial".
La liturgia fue oficiada por el nuncio apostólico Léon Kalenga, quien también hizo énfasis en la canonización de monseñor Romero, hecho con el que él mismo ha estado "plenamente comprometido".
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, presente en la celebración, también agradeció al papa Francisco sus oficios para lograr la canonización de Romero.
"No tenemos palabras para expresar nuestro sentimiento de inmensa gratitud, alegría, dicha y felicidad. Es el más grande acontecimiento de la historia de nuestro país y de la iglesia en El Salvador, la elevación a los altares de nuestro amadísimo monseñor Óscar Arnulfo Romero", manifestó el arzobispo.
Tras la beatificación de Romero en la capital salvadoreña el 23 de mayo de 2015, diversos sectores clamaban por el anuncio de la canonización de quien es un icono en el país por su lucha en favor de la paz, de los derechos humanos y la defensa de los pobres.
Romero, nacido en Ciudad Barrios, al oriente de El Salvador, el 15 de agosto de 1917, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un "escuadrón de la muerte" del Ejército, mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital la Divina Providencia, donde se aplicaban cuidados paliativos a enfermos de cáncer.
El milagro que le valió a monseñor Óscar Arnulfo Romero para próximamente ser elevado a los altares fue el otorgado a una mujer embarazada, quien tras dar a luz sufrió de una serie de complicaciones que pusieron su vida en peligro, reveló este miércoles la Iglesia Católica de El Salvador.
Tras el anunció, los salvadoreños tendrán que esperar a que el papa Francisco decida la hora y lugar donde se llevará a cabo el proceso de canonización, mientras siguen celebrando al que llaman "San Romero de América".
Romero, beatificado el 23 de mayo de 2015 en una multitudinaria misa en San Salvador, denunciaba en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil y otras violaciones a los derechos humanos. EFE
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