Los campos pesqueros de Sinaloa, históricamente han sido sinónimo de marginación, la pobreza ha cobijado a miles de familias que habitan en las zonas costeras del estado.
Muy a pesar de que la mayoría de los pescadores trabajan largas jornadas, la actividad pesquera cada año es menos rentable para los que se encuentran en el eslabón mas bajo de la cadena.
La captura de camarón es la época de bonanza para quienes viven del mar, es el producto de mayor rentabilidad, sin embargo las capturas de esta especie en bahía en los últimos años, cada temporada es peor que la anterior.
El pescador entiende perfectamente que su actividad requiere de paciencia y perseverancia y sabe que así como hay días malos, también los hay buenos.
Durante la temporada de veda de las especies más rentables, los pescadores sobreviven con la captura de jaiba y moluscos, pero el bajo precio al que se comercializan estos productos no logra solventar las necesidades de las familias en los campos pesqueros, por lo que muchos de ellos se ven forzados a migrar a otras actividades laborales mientras se levanta la veda.
Las autoridades reconocen que el rezago en los campos pesqueros ha sido una constante y los apoyos no han logrado mejorar las condiciones de vida de las familias en estas comunidades, sin embargo la actual administración asegura que ha llegado el momento de sacar adelante esta actividad productiva y mejorar la vida de los pescadores y sus familias.
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