Aún somos muchos los que no nos damos cuenta de que el sol puede convertirse en nuestro peor enemigo y es capaz de dañarnos la piel. Cada año se registran más de 22.000 muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), producidas por el cáncer de piel. No tratamos de asustar, sino de concienciar.
Aunque el cáncer de piel nos parezca algo lejano, el simple hecho de quemarse bajo el sol puede conducirnos a él, además de padecer las molestias que ya de por sí una quemadura ocasiona. Parece que nosotros no nos quemamos nunca, pero tenemos que ser conscientes de una máxima que nos llevan repitiendo año tras año: la piel es el órgano de nuestro cuerpo que más memoria tiene.
Por este sencillo hecho, aunque nos quememos de tanto en cuanto, debemos seguir protegiéndonos, porque si no, seguiremos maltratando las zonas perjudicadas.
1. Protección UVA y UVB

“Cuando compremos nuestra crema solar, tenemos que verificar que es 'de amplio espectro', es decir, que filtra tanto rayos UVA como UVB, y que tenga un Factor de Protección Solar (FPS) de al menos 30”, comenta el Dr. Pablo Fernández-Crehuet Serrano, dermatólogo de Doctoralia.
2. "Llaves, móvil y crema solar"

Igual que no salimos de casa sin estos objetos, en verano no esperes a llegar a la playa o a estar en la calle para aplicarte la crema solar: hazlo en casa 30 minutos antes de marcharte.
3. Diferentes zonas, diferentes texturas

En este aspecto, el Dr. Fernández-Crehuet recomienda que para las zonas con vello usemos sprays o geles. Y para el resto del cuerpo, la que mejor nos vaya, dependiendo de si tenemos una piel seca o más grasa.
4. Ropa, sombrero y gafas

Tal y como dice el Dr. Fernández-Crehuet, “la mejor fotoprotección es la física”. Una camiseta de algodón, una gorra o un sombrero son elementos vitales si vamos a estar expuestos durante rato al sol.
5. ¿Water resistant o waterproof?

Diferenciar entre estos dos términos puede sernos de ayuda para proteger mejor nuestra piel del sol. El primero se refiere a aquellos protectores solares que no pierden su escudo solar hasta 40 minutos después de haber entrado en contacto con el agua. Mientras que el segundo tipo actúa más de 80 minutos después de haber entrado en contacto con el agua. Como vemos, no significa que resistan inalterablemente al agua, por lo que hay que reaplicarlos periódicamente.
6. No bajar la guardia los días nublados

Aquello de que los días nublados el sol “pega”, es un mito. Simplemente, no percibimos la luz del sol y nos parece que su efecto es menor, pero nada más lejos de la realidad.
7. Cuidar la piel desde dentro

Beber mucha agua para evitar la deshidratación cutánea, comer alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes y cubrir nuestra cuota diaria de proteínas, que son los cimientos de la piel, nos ayudará a tener una piel sana y fuerte.
8. Invertir 2 minutos en autoexplorarse

Es el tiempo que necesitamos para, una vez al mes, comprobar si hay signos de cáncer en nuestra piel. No te asustes, es mejor siempre prevenir y una detección temprana que cualquier otra cosa.
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