Cuando piensas en un Apocalipsis zombie imágenes como de personas agresivas actuando de manera salvaje, casi como bestias, gruñiendo y murmurando palabras sin sentido, vienen a tu cabeza. Pero qué si esa no fuera la descripción de un zombie, qué si esos síntomas, sumados a una fuerza descomunal y hasta canibalismo, no fueran historias de terror y ciencia ficción sino una cruda realidad del mundo de las drogas.
Se trata de la droga conocida como “Flakka”, una droga sintética descubierta en los últimos años, cuyo compuesto activo alfa PVP es una sustancia altamente estimulante muy similar al MDPV, compuesto de la droga “sales de baño”, también conocida como “la droga zombie” por sus efectos similares.
Su peculiaridad es que brinda a sus consumidores una gran fuerza debido al aumento de adrenalina, por lo que también se le conoce como “droga de Hulk”. Además, al aumentar la presión sanguínea y alterar el ritmo cardiaco, produce una gran exaltación sensorial, lo que al combinarse con alusiones da como resultado una transformación digna de las peores pesadillas, pues el comportamiento de las personas bajo sus efecto se asemeja más al de un “monstruo” que al de un ser humano.
Entonces ¿por qué alguien querría consumirla? La flakka es considerada una droga barata, sobre todo en Estados Unidos donde se puede comprar por 5 dólares, y promete, en el mejor de los casos, provocar excitación sexual, euforia y aumentar la capacidad física del consumidor; sin embargo, dichos efectos no pueden ser controlados y la experiencia suele verse significativamente afectada por ataques de pánico, psicosis, paranoia, alucinaciones, agresividad extrema, hipertensión e hipertermia, un aumento de la temperatura corporal a más de 40 °C.
En el 2016, se dio a conocer la historia de Austin Harrouff, un estudiante de la Universidad Estatal de Florida, quien allanó una vivienda en Tequesta, Florida, y asesinó a un matrimonio. Cuando la Policía apareció en el lugar de los hechos, Michelle Mishcon Stevens ya había fallecido acuchillada, mientras que el joven de 19 años, con el torso desnudo, estaba mordiendo el rostro de su marido, John Stevens. En aquel entonces se reveló que se creía que el joven estaba bajo la influencia de “flakka”, pero nunca se dieron a conocer los resultados de su examen toxicológico.
El brote de flakka es muy similar al del crack al final de 1980 en Estados Unidos, en términos del poder estimulante que causa la extraña psicosis y el comportamiento, a diferencia que su llegada no fue definitiva como el crack, ya que irrumpió fuertemente en el mercado en el 2015, pero actualmente no circula con tanta intensidad, señalan estudios.
Esto puede deberse al hecho de que sus efectos se hicieron públicos de manera alarmante a través de videos subidos por usuarios en redes sociales, así como medios de comunicación; además de que su consumo estuvo fuertemente ligado a una serie de arrestos públicos por su extraño comportamiento, también divulgados en videos, así como hospitalizaciones y hasta muertes.
Al parecer la falta de control ante los impulsos salvajes de la droga, causaron pánico en algunos sectores de la población, contrarrestando así el posible atractivo de sus síntomas alucinógenos. De manera, que se presume que los consumidores optaron por seguir en la línea del LSD.
Por su parte en México la droga más popular sigue siendo la cocaína y la marihuana, por lo que aunque existe mercado para este tipo de nuevas drogas sintéticas, el mercado es fuertemente controlado por los diferentes cárteles quienes al parecer no compraron por completo la idea de la flakka.
Sea cuál sea la verdadera causa por la cual esta tendencia ha pasado de moda, no cabe duda que nos salvamos del Apocalipsis zombie de nuestras pesadillas.
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