Para los migrantes no es fácil tomar la decisión de dejar a sus familias, ni su país de origen. A su paso, enfrentan muchas adversidades que incluso, ponen en riesgo su vida. Un grupo de alrededor 12 personas originarias en su mayoría de Honduras y El Salvador, hicieron escala desde ayer en Mazatlán.
Fue en la Colonia Salvador Allende donde tomaron un descanso y esperaron durante varias horas el paso del ferrocarril, para poder continuar con el “sueño americano”.
Mientras esperaban, aprovecharon para pedir a los vecinos de ese asentamiento diferentes apoyos, que van desde alimentos, agua, ropa y calzado.
Aunque aclararon que no forman parte de la Caravana Viacrucis Migrantes en la Lucha, dijeron coincidir en la misma ilusión, poder ingresar a Estados Unidos, obtener un empleo y de esta forma, generar y enviar el sustento económico para sus familias.
Noé, un migrante de aproximadamente 29 años, prefirió mantener el anonimato, detalló todas las dificultades que enfrentan a su paso por México, se exponen a asaltos, maltratos físicos y algunas veces, abusos por parte de las autoridades e incluso, algunas mujeres sufren de abuso sexual.
La economía en su país, Honduras, es muy complicada, los salarios son mal pagados y hay poca generación de empleos, pero tienen que salir adelante, por eso decidieron iniciar esta difícil aventura y hoy, entre todo el grupo, conformado en su mayoría por jóvenes, se protegen y apoyan.
Aún queda camino por recorrer, dijeron que su trayectoria es hacia una ciudad fronteriza en el Estado de Sonora, para luego, adentrarse hacia el país vecino al norte.
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