El pequeño Gabriel Fernandez falleció en el 2013 a manos de su propia madre Pearl Fernández y su novio Isauro Aguirre, quienes lo torturaron, quemaron y golpearon porque según ellos el niño era homosexual. Por si eso fuera poco el hombre también lo obligaba a dormir en un armario y lo dejaba sin comer, cuando Gabriel fue encontrado estaba inconsiente y con las costillas y el craneo fracturados, pues las agresiones para el menor habían sido mucho mayores a las que cualquier niño pudiera soportar y falleció apenas dos días después.
Apenas se hizo público el caso se hicieron algunas reformas en pro de los infantes radicados en Los Ángeles y también se demandó a las trabajadoras sociales que dieron la custodia de Gabriel a su madre.
Finalmente hace unos días después de un largo juicio Isauro Aguirre fue condenado a muerte por el juez del tribunal superior de Los Ángeles George Lomeli y dio cadena perpetua a Pearl Fernández madre del menor ya que calificó que sus acciones fueron malvadas "horrenda, inhumana y diabólica".
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