Justo en el centro de la ciudad en lo que se conoce como el Mercadito por la calle Miguel Hidalgo entre Sepulveda y Hermenegildo Galeana ahí es donde se ubicaba el gran cine al aire libre, donde familias, parejas de novios y amigos disfrutaban de aquellos éxitos de películas mexicanas.
Ramón Verdugo un hombre que por años acudió al cine abierto, platicó que apenas recuerda cuando acudía a observar aquella pantalla de grandes dimensiones en las que podría disfrutar de aquel cine mexicano.
Era una película por día la que se ofrecia, pues era en punto de las 8:00 de la noche cuando se dejaba correr la cinta.
La llegada del cine al aire libre marcó el gusto por aquellas personas que vivieron esa experiencia.
Hoy el espacio en el que se presentaron aquellas funciones hoy es un lugar que alberga un estacionamiento público, donde quedan algunos rasgos de lo que fue aquel sitio de reuniones.
Cuenta el señor Ramón que los diálogos de los actores se escuchaban por las calles e incluso las personas que no podían ingresas imaginaban las escenas en desarrollo.
Con el paso del tiempo la tecnología y el crecimiento de la ciudad, el cine al aire libre dejó de exigir solo quedando en el recuerdo de aquellos jóvenes que desarrollaron quizás el gusto por el cine mexicano.
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