La historia de “Esperanza” comenzó a tejerse el pasado miércoles, cuando las aguas revueltas en el pacífico mazatleco arrojaron a la playa tres delfines.
Bañistas que se encontraban en el área del antiguo Hotel El Faro, ayudaron a que dos de ellos volvieran al mar, pero al tercer delfín, lo regresaba el agua a la orilla. Entonces pidieron ayuda al Acuario Mazatlán, quien mandó un equipo especial y lo recogió, se lo llevó al hospital para hacer la valoración médica, donde le daban pocas esperanzas de vida..por eso le pusieron asi, ”Esperanza”.
Se dieron cuenta que era una hembra, lactante, bebé. Cuando revisaron sus mandíbulas vieron que no tenía dientes y que intentaba succionar. Entonces calcularon la edad: entre cuatro y seis meses de nacida.
Para que la delfín tuviera mas probabilidades de vivir, se pidió el apoyo de Delfinity, una empresa que está en Puerto Vallarta y que cuenta con especialistas en el manejo de delfines. El mismo miércoles por la noche, llegaba Xavier Santiago, especialista en el cuidado de mamíferos marinos.
Por lo delicado de la situación de la delfinita, el personal del acuario ha montado guardias para dar su alimentación cada dos horas, durante todo el dia y ello ya empieza a dar resultados: “Esperanza” llegó a subir de un dia para otro casi un kilo.
Una pieza fundamental del acuario con mas de 30 años de experiencia en el trato y manejo de delfines y lobos marinos, Tomás Ramírez habló sobre como transcurren las horas que aun se consideran delicadas para la rescatada delfin.
La directora del acuario, Celia Jáuregui, dijo que la atención que se le está dando al animalito rescatado es parte del protocolo que se sigue en estos casos. Ya que -dijo- es la escencia del acuario: conservar y preservar la vida de las especies.
Si la delfin “Esperanza” se sigue recuperando al ritmo que va hasta ahora, es probable que la envíen a un centro especializado en delfines que está en la paz, pero serán las autoridades de la Profepa quienes lo definan, llegado el momento.
