Si bien, el consumo de alcohol es un hábito ampliamente socializado e instaurado, es una sustancia tóxica para el organismo, por lo que, si se consume debe ser en dosis bajas y de forma esporádica para que los efectos sean rápidamente reversibles, consideró Rosa Aida Martínez Bustillos, Especialista en ingeniería bioquímica en alimentos de la Escuela de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa .
Comentó que el alcohol etílico constituye un producto extraño para el organismo humano, capaz de generar toxicidad y muerte cuando es ingerido en cantidades excesivas.
Se considera que existen más de sesenta enfermedades que se relacionan con el abuso del alcohol, apuntó la universitaria, entre las que destacan la pancreatitis, la demencia, la cirrosis hepática, así como diferentes cánceres como el de esófago, páncreas, mama y colorrectal.
Se debe tomar en cuenta que una vez ingerido, el alcohol es rápidamente absorbido por el estomago y el intestino delgado, se sabe que el 10% del alcohol absorbido es eliminado por los riñones, la piel y los pulmones, mientras que el resto es metabolizado en el hígado, donde sufre dos procesos oxidativos.
Manifestó que algunos estudios demuestran que el riesgo de hepatopatía alcohólica es mayor a la ingesta de cerveza y licores y menor con la de vino, por lo dijo que beber entre comidas e ingerir más de 5 bebidas de una vez, también aumenta el riesgo.
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