Santiago de Cuba, la "cuna de la Revolución", festejó los sesenta años del triunfo de la insurrección de los rebeldes de Fidel Castro entre el olor del cerdo asado y la música de las celebraciones por el Año Nuevo, dos acontecimientos que se solapan en la capital caribeña de la isla.
En el parque Céspedes, escenario principal de los festejos y el mismo donde Castro recibió el año 1959 con una arenga de victoria, cientos de santiagueros dieron vivas mientras se izaba una bandera cubana gigante, tradición de más de 115 años que demuestra la larga historia de rebeldía de la "Ciudad Héroe".
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