Originario de la Ciudad de México, Salvador Herrera es un hombre que creció visitando sitios arqueológicos y rodeado de la parte ancestral de México, de ahí que una de sus pasiones sea fotografiar la cultura mexicana.
A pesar de su gusto por las imágenes, Salvador no pensaba en llevar a la práctica la fotografía, sin embargo, decide entrar a la universidad y estudiar fotografía, sin saber si quiera colocar un rollo a una cámara.
Luego de culminar la universidad comienza un proyecto en el que combinaría lo aprendido en la universidad con una inquietud que tenía desde tiempo atrás: conocer más sobre el arte, esto fotografiando artistas sobresalientes y entrevistándolos para crear un libro.
A la par de eso, este artista de la lente entra a trabajar a Televisa donde se encargó de fotografiar las producciones, lo que significó una parte importante en su carrera.
Años más tarde forma parte del periódico Reforma en el que además de tomar fotografías, descubre otra parte que le pareció asombrosa y fue el tomar vídeos.
Por cuestiones de trabajo, Salvador Herrera llega a Sinaloa, y ahí nace su amor por este estado, se enamora de la naturaleza, folclor, tradiciones, su gente y su historia, descubre: un mundo mágico.
Detener el tiempo, capturar un momento único e irrepetible y que los espectadores se conecten con la imagen y se identifiquen con la imagen es su objetivo.
Además de la fotografía, Salvador Herrera, es un amante del teatro y de las aventuras extremas, teniendo como sitios preferidos La isla de Venados y el sitio arqueológico de Las Labradas.
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