Martin Watts, un orgulloso papá de Reino Unido, se tatúo en el pecho la cicatriz de su hijo Joey, quien fue sometido a una cirugía a corazón abierto que salvó su vida.
Cuando el pequeño solo tenía un año, le fue diagnostico con estenosis aórtica supravalvular, una condición que se desarrolla durante la gestación y que causa un estrechamiento en una sección de la aorta.
En entrevista con SWNS, la madre del pequeño, Leanne Watts relató que cuando el pequeño vio su cicatriz dijo "¿Es aquí donde me cortaron para arreglar mi corazón?", ellos respondieron que sí, pero que esa cicatriz era algo que debía portar con orgullo, y que no era algo por lo que debía de avergonzarse.
Fue entonces cuando el padre de Joey decidió tatuarse el pecho, para reforzar la idea que le habían dicho al pequeño; también con esta acción buscan crear conciencia y así recaudar fondos para el Fondo de Cirugía Cardíaca para Niños de Leeds, en Reino Unido.
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