En
las conocidas “Changeras” de Mazatlán, lugar de venta de
mariscos frescos en el centro de la ciudad, se cuenta con una mesa
directiva encabezada por una presidenta que esta vigilante de la
atención que se brinda a los clientes.
En
caso de que uno de los consumidores reciba una mala atención, o que
el producto se venda en mal estado, los clientes pueden interponer
una queja y el dinero será regresado, o el producto será cambiado,
señaló Norma Beltrán, socia de la unión.
La
falta de limpieza de la calle también es sancionada, pues en el
lugar debe mantenerse limpio para no permitir malos olores o
infecciones.
Mencionó
que todos los comerciantes que ahí laboran, deben portar un mandil
con su nombre para ser identificados.
Por otro lado, destacó que la venta de mariscos y pescados se han mantenido altas, con cifras que van desde el 80 hasta el 90 por ciento, se espera que la cifra continué o repunte ligeramente el resto de las vacaciones.