Sus orígenes se remontan a 1915, desde entonces ya era un ícono en el Centro Histórico de Mazatlán, cerrándose en 1957 y viendo de nuevo la luz en el 2015 con una remodelación que implicó una inversión de 4 millones 716 mil 670 pesos.
De dicha remodelación queda poco rastro, pues a la fecha la Carpa Olivera permanece en abandono, esa es al menos la percepción del regidor, Ricardo Michel Luna, quién ha exhortado al rescate de la única alberca alimentada por agua de mar en el país.
El equipo de Las Noticias TVP acudió al sitio en donde fueron los propios turistas, los que opinaron sobre el estado en el que se encuentra como atractivo a los visitantes.
Señalaron como cuestiones urgentes por atender las condiciones de las baldosas, el suelo enlamado que ha sido motivo de accidentes contínuos, el deterioro en la infraestructura del tobogán, la limpieza en el área, el grafiti, el desprendimiento de barandales y hasta el cierre de baños públicos en pleno periodo vacacional.
Quienes ya habían recorrido la zona de Olas Altas años atrás cuando fue recién remodelada, aseguron que en la Carpa había vigilancia, la cual impedía que se cometieran abusos por parte de las propias personas, pero ahora es completamente nula.
Fue en el mes de abril cuando la presente administración municipal que encabeza Luis Guillermo Benítez Torres realizó el cierre temporal del lugar a través de Protección Civil por considerar que había riesgos para la población en medio de la Semana Santa, sin embargo se reabrió un mes después a reserva de indagar sobre una conseción que fue otorgada en la administración de Carlos Felton González a un particular, quedando aún en su estructura sellos de suspensión expedidos por Oficialía Mayor.
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