Luego del cierre definitivo del viejo hospital general de Mazatlán, la mayoría de los negocios aledaños a ese nosocomio, también cerraron, pues la desolación en esa zona de la ciudad, no permite seguir operando sus locales.
Julio Bibo, quien tiene más de 20 años frente al hospital vendiendo tacos, dijo que durante el fin de semana registraron el día más crítico en ventas desde que inició con su negocio de taquería.
Los comerciantes de esa zona dijeron estar angustiados, pues se ha terminado su fuente de ingresos y no saben qué hacer, después de tantos años de subsistir de sus propios negocios.
Propietarios de farmacias que tenían sus negocios cerca del viejo hospital general de Mazatlán, señalaron que ante la crítica situación que enfrentan con el cierre del viejo hospital, han optado por operar de manera provisional una farmacia ambulante, que les permita sacar el inventario que les quedó y obtener recursos para la liquidación de los empleados.
Así como los negocios de taquerías y farmacias, los estanquillos, torterías, vendedores ambulantes de churros, frutas y pan, han optado por cambiarse de puntos de venta e incluso otros por dedicarse abrir otra tipo de negocio.
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