Jani aseguraba que no había tomado agua, ni consumido alimentos desde los 11 años, un hecho que para los médicos resulta algo impensable.
El asceta creó una pequeña comunidad de fieles y atrajo la atención de los científicos. Equipos médicos indios lo observaron en dos ocasiones, en 2003 y en 2010.
Durante este segundo estudio, estuvo vigilado constantemente por cámaras, y permaneció sin beber, comer, orinar ni defecar durante dos semanas, lo que causó una gran estupefacción en los especialistas que lo observaban.
"Este fenómeno es un misterio", declaró en aquel momento a la prensa un neurólogo del equipo.
"Murió el martes por la mañana, de vejez, en su domicilio", declaró su vecino.
"Fue trasladado al hospital después de medianoche pero los médicos lo declararon muerto al llegar", explicó.
Jani decía que fue bendecido por una diosa en su infancia, lo que le habría conferido unos poderes especiales.
"Recibo el elixir de la vida por el agujero de mi paladar, lo cual me permite vivir sin alimento ni agua", afirmó en 2003.
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