Uno de los sectores de la población más vulnerables a nivel internacional es el indígena, pues de acuerdo a un comunicado con base a un análisis emitido por la Organización Internacional del Trabajo, 55 millones de mujeres y hombres indígenas que viven en América Latina y el Caribe viven las consecuencias de manera grave durante esta contingencia sanitaria por el Covid-19.
Es una realidad absoluta la declaración realizada por Vinícius Pinheiro, Director de la OIT para América Latina y el Caribe, quien destacó a la desigualdad, la enfermedad y las consecuencias sociales y económicas que afectan a los que menos tienen, como “la cara más nefasta de esta pandemia”.
“Además de vivir en condiciones de precariedad, en la región una vasta mayoría de mujeres y hombres indígenas trabajan en condiciones de informalidad en los sectores más afectados por la crisis, lo cual se traduce en la pérdida de los medios de vida”, agregó Pinheiro.
El informe de la OIT destaca en un 82 por ciento la tasa de informalidad entre los trabajadores indígenas. El mismo informe destaca que los pueblos indígenas y tribales constituyen el 8.5% de la población, pero son 30% de las personas en pobreza extrema.
La OIT destaca que la situación social y económica producida por la COVID-19 ha generado situaciones como la “migración inversa” de personas que retornan a sus comunidades ante la falta de medios de subsistencia.
Se advierte sobre “efectos en cascada de los colapsos económicos, con signos alarmantes de pérdida de ingresos, inseguridad alimentaria y efectos agravados en las mujeres indígenas”.
En México son 16 millones de indígenas
en vulnerabilidad absoluta durante la pandemia, de acuerdo al
Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.
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