Se aferran a los papeles que sostienen en sus manos con el sello del Gobierno Federal, en los que se lee Certificado Parcelario.
Son parte de los miles de productores de Rosario, Escuinapa y Mazatlán afectados a lo largo de 290 kilómetros de la construcción de la carretera Tepic- Mazatlán, quienes a más de 20 años de haberse iniciado el proyecto aún siguen esperando las promesas de la autoridad, el pago de su patrimonio que años atrás fue fuente de empleo y sustento para los suyos y ahora ha quedado prácticamente inservible.
Ejidatarios como Julián García Barrón, también del ejido de La Campana en Escuinapa, ven con extrañeza e impotencia la respuesta que ala fecha ha tenido su movimiento por el pago de sus tierras de parte de las instancias federales, e incluso del propio Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador al visitar la entidad.
Desde huertas de mango, caminos saca cosechas, predios de sorgo, maíz, frijol, siembras de chile, hasta campos pesqueros fueron dañados por el trazo de la rúa federal, de acuerdo con el testimonio de los afectados, entre ellos el de Rosalío Contreras Viera, quien ve con tristeza como un puente inconcluso en uno de los tramos y una alcantarilla dispuesta en las inmediaciones de su terreno, terminó por convertir en alberca 12 hectáreas que le habían sido heredadas por sus antepasados.
Además de llevar el caso en conjunto a los tribunales, promoviendo amparos, hay quienes mantienen su caso en lo particular, pero sin muchos resultados.
A quienes les han cotizado sus predios, se dicen timados por los avalúos del gobierno, motivo por el que prefieren rechazar la oferta y permanecer en una lucha que parece no tener fin.
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