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Los huertos urbanos crecen exponencialmente en la Ciudad de México desde
hace ocho o nueve años. Aunque el pico mayor se registró a inicios de este año
producto de la pandemia del COVID-19, porque muchas familias se dedicaron a
convertir azoteas, patios o parques en cultivo de alimentos.
Los mexicanos cada vez apuntan a la siembra y volver a las labores que
desarrollaban los antepasados, al sembrar los alimentos esenciales. Tan es así,
que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, indicó
que la dirección general de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental
publicó la “Guía rápida para huertos urbanos
familiares”.
Mediante esta guía instan a la colectividad a cosechar frutas regionales
como lichis, guayabas y mangos. Asimismo, destacan a las frutas más exóticas
como: maracuyá, nona o guanábana. Entre sus beneficios mencionan que sembrar
funciona como una terapia ocupacional, pero sobre todo provee de una
alimentación sana para toda la familia y a bajo costo.
Los huertos urbanos también reciben el nombre de traspatio y son aptos
para la siembra de tomate, betabel, lechuga, espinaca, rábanos, acelgas,
cebollas, entre otras. Unas de las hortalizas más fácil de plantar son los
tomates, debido a que solo requieren de luz abundante y ser regada en pequeñas cantidades (un par de veces por semana). Las espinacas
también se pueden cultivar en pequeños huertos separados por 30 centímetros o
esparciendo las semillas en maceteros.
La espinaca tiene la facilidad de crecer en cualquier tipo de suelo y
necesita de poca luz solar. Su componente principal es el zinc que es un oligoelemento secundario
al hierro, capaz de mantener al
organismo en óptimas condiciones. Tiene beneficios neurológicos y ayuda a
regular la presión arterial.
“Para crear un huerto urbano se necesita: tierra, frutas y verduras
frescas, palillos de madera y recipientes de reúso. También se pueden usar
botellas de PET vacías y cortadas por la mitad, así como cubetas, huacales,
charolas o platos”, señalaron en la guía.
Luego de germinar las semillas se deben trasplantar y a partir de tres
meses aproximadamente se disfrutará de la cosecha. Sin embargo, el tiempo
dependerá de cada hortaliza, fruta o verdura. Entre los consejos incluyeron
usar agua de lluvia para regar las plantas o utilizar un sustrato, que se
produce al mezclar hojas secas, piedras porosas y tierra, en partes iguales.
Prevenir las plagas
Es común que las plantaciones resulten afectadas por plagas que las
terminen enfermando. Para ello, la guía huertos recomienda repelentes
naturales, uno de ellos es licuar una cabeza de ajo con 10 clavos de olor en
medio litro de agua. Dejar reposar una noche y agregar 3 litros más de agua.
Seguidamente se cuela y rocía con aspersor (su contenido de azufre previene las
enfermedades originadas por hongos).
También mencionan otros tips para reconocer si las plantas necesitan de nutrientes, tales como: hojas amarrillas (falta de fósforo), hojas pálidas (falta de magnesio), hojas rizadas (falta de calcio), hojas delgadas (falta de potasio) y las plantas enanas (falta de azufre).