Según la policía de Quebec, el sospechoso no está asociado a ningún grupo terrorista y habría elegido a sus víctimas al azar. Afortunadamente se terminó entregando a la policía luego de que esta lo persiguiera.
De acuerdo a medios internacionales, los hechos ocurrieron en el centro histórico de la ciudad, cerca del Chateau Frontenac y la Asamble Nacional, la zona más turística de la ciudad.
El hombre, quien estaba vestido con un disfraz medieval, portaba un sable japonés y con eso se lanzó contra las personas. El saldo fue 2 fallecidos y 5 heridos.
Tres testigos citados por el diario Quebec Le Soleil, coincidieron a que el atacante degolló a su primera víctima cerca del hotel Chateau Frontenac, donde dejó "mucha sangre".
El segundo asesinato se produjo en la calle des Remparts y en el camino hacia el Viejo Puerto, habría aprovechado para lastimar a otras cinco personas.
Robert Pidgeon, Jefe del Servicio de Policía de Quebec, dijo que cree que el asesino "planeó el ataque", ya que había "verbalizado su deseo de actuar" hace cinco años.
El alcalde de Quebec, Régis Labeaume, se refirió a los hechos "como alucinantes, terroríficos", que "sobrepasan el entendimiento", a la vez que evocó problemas de "salud mental" del joven.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, calificó lo ocurrido como una "terrible tragedia", mientras que la vice primera ministra de la región, Geneviève Guilbault, denunció los ataques como "bárbaros" y dijo que "todo Quebec está de luto esta mañana".
Debido a la pandemia de coronavirus, las calles del centro histórico de Quebec estaban poco transitadas en el momento de los ataques. "La mayoría de los niños que celebraron Halloween lo hicieron por la tarde", explicó el periodista Jordan Proust.
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