Las aguas de la laguna del Huizache- Caimanero son testigo de la fuerza y valentía de las mujeres de Agua verde, Rosario quienes con atarraya en mano a bordo de una panga buscan el sustento para sus familias. Si bien, las mujeres de esta comunidad crecen viendo a los hombres pescar, algunas de ellas deciden aventurarse y ser ellas quienes pescan, otras más lo hacen como su única alternativa para sacar adelante a sus hijos.
En el caso de Lucía Díaz, desde los 11 años su padre le enseñó el oficio y solía pescar en familia, años después continúa haciéndolo de la mano de su esposo e hijos, quienes lo ven además de un trabajo como una oportunidad de convivencia.
Las cosas no son igual para Karina Montoya quien perdió a su esposo el año pasado, y ahora debe mantener a sus dos hijos. Dijo que prácticamente fue su única opción de trabajo,y aunque al principio fue difícil ahora se siente muy orgullosa de realizar esta actividad.
Dijo que si bien es cansada físicamente le deja una gran satisfacción el aprender dicho oficio que durante muchos años se consideró propio de los hombres.
Damiana Villegas, proviene de una familia que toda su vida se ha dedicado a la pesca y ella ha sido testigo de la evolución que ha tenido esta actividad para las mujeres a lo largo de los años, señala que hace algún tiempo los hombres eran irrespetuosos con las mujeres en la pesca, las cosas han cambiado, ahora las apoyan y hasta reconocen su trabajo. Agregó que para su familia este fue un año difícil por lo que gracias a la pesca logró sacar adelante su hogar ya que su esposo se enfermó.
De esta forma las mujeres dan una muestra de que en la pesca no hay géneros y tanto mujeres como hombre pueden trabajar en equipo.
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