Unicef advierte "catástrofe generacional" por casi 3 millones de alumnos latinoamericanos que no regresarían a la escuela


El 97 % de los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos está a punto de cumplir casi un año sin pisar la escuela, y con las clases virtuales inaccesibles para los más vulnerables.
Unicef advierte "catástrofe generacional" por casi 3 millones de alumnos latinoamericanos que no regresarían a la escuela

Por Redacción TVP

lunes, 9 de noviembre de 2020 8:56

De acuerdo a un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la región corre el riesgo de perder su futuro por décadas.

Con casi ocho meses de pausa prolongada para 137 millones de niños y niñas de Latinoamérica (un tiempo cuatro veces más alto que la media global), la agencia de las Naciones Unidas advierte de una posible "catástrofe generacional", provocada por la ausencia de clases presenciales por la covid-19.

"Cada día que pasa con las escuelas cerradas se va dando forma a una catástrofe generacional, que tendrá profundas consecuencias para la sociedad en su conjunto" reitera el reporte.

Uno de los efectos "profundos" de la crisis es que casi 3 millones de niños, niñas y adolescentes están en riesgo de no regresar nunca a la escuela. Ante estas cifras, América Latina se enfrenta al reto de evitar que el potencial de las nuevas generaciones se pierda y se profundice la desigualdad de la región, devastada por los efectos de la covid-19, con 11 millones de casos hasta la fecha.

-APRENDER EN DESIGUALDAD DE CONDICIONES-

El jamaicano Wayne Young está preocupado por sus siete hijos: "Creo que mis hijos van a retroceder mucho", admite. "No tienen internet. No tenemos un teléfono celular. No tenemos una computadora porque no podemos pagarla".

Su testimonio, recogido en el informe, pone de relieve la brecha digital en Jamaica, donde internet solo tiene una penetración del 55 %, una injusticia que se extiende por América Latina.

En la región, solo la mitad de los alumnos de las escuelas públicas tiene acceso a clases a distancia de calidad, mientras que en las escuelas privadas esa cifra sube al 75 %, estima Unicef.

Tener internet era "un privilegio en América Latina" ya que "las escuelas de mayores ingresos" eran "las que tenían conexión", advierte a Efe Ruth Custide, especialista de educación de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

Custide apostilla de que no se trata solo de internet, sino también de tener un ordenador con el que acceder a las clases.


Por eso, lamenta que solo "el 18 % de los niños de los quintiles con los ingresos más bajos" tienen acceso a algún dispositivo, mientras que en los quintiles más altos "esa cifra es del 80 %".

"Con unos padres con mejores ingresos, con un nivel de educación más alto, los niños van a rendir mejor porque van a tener más apoyo. Pero en los grupos más vulnerables donde los padres no tienen un nivel educativo tan alto, ni conectividad, ni recursos, eso se complica aún más", esgrime la especialista.

La desigualdad es más acuciante en grupos vulnerables con niños con discapacidad, migrantes indígenas o en zonas rurales donde la educación a distancia no llega, según Unicef. En las poblaciones rurales de Bolivia, por ejemplo, solo el 18 % tiene ordenador y el 3 % conexión permanente a internet.

-"CATÁSTROFE GENERACIONAL"-

Unicef advierte de que el porcentaje de niños, niñas y adolescentes que no recibe educación alguna, ni presencial ni remota, se ha disparado del 4 % al 18 % en los últimos meses.

¿Qué impacto puede tener para un niño o niña faltar a la escuela durante un año? Para Custide, tanto tiempo causa efectos a largo plazo "gravísimos".

"Si no hay realmente procesos de nivelación adecuados, esos niños van a tener un vacío durante toda su vida”, enfatiza. Y esa pérdida terminará reflejándose en unos "peores salarios", como ya advirtió el Banco Mundial.

Según el organismo multilateral, cada niño en educación primaria y secundaria en América Latina y el Caribe podría perder de su sueldo entre 242 y 835 dólares cada año y hasta 15.000 a lo largo de su vida laboral.

Eso se traduce en una pérdida de hasta 1,2 billones de dólares en ingresos para los Gobiernos de la región durante el ciclo de vida de esta generación de estudiantes.

-MÁS QUE UNA ESCUELA-

El cierre de las escuelas no solo aplaza la educación para algunas familias, sino que supone la pérdida "de una cantidad enorme de servicios, como el de la salud, de apoyo psicosocial y de protección" para la infancia, añade la especialista.

Al menos 80 millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina han perdido las comidas escolares y corren el riesgo de desarrollar deficiencias nutricionales.

"Al no tener acceso a esa comida, también se pierde una motivación para que los padres envíen a sus hijos a la escuela", donde a veces recibían su única comida nutritiva del día.

Los niños, niñas y adolescentes también están más desprotegidos ante la violencia en el hogar. La especialista explica que "muchos niños estarán dedicados a labores domésticas y eso nos preocupa mucho, también en el tema de las niñas puede ser aún más grave, con niñas dedicadas a tareas domésticas, a cuidar de sus hermanitos…".

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