En México la producción de jitomate orgánico en invernadero es incipiente, pero es una gran oportunidad para los pequeños y medianos agricultores, en especial en la región centro del país, que aprovechan la tecnología y métodos de cultivo adecuados logrando una tasa de rentabilidad anual superior al 25%.
En nuestro país en el 2018 la producción de tomate fue de 327 toneladas por hectárea (t/ha) contra 43.4 t/ha a cielo abierto, es decir casi 800% más.
La producción orgánica de esta hortaliza en invernadero pasó de poco más de 36 mil toneladas en 2015 a 44 mil 780 toneladas en 2018, es decir, en cuatro años creció la producción 24.1% (SIACON, 2020).
El mismo organismo señala que en el 2015, del total de la producción de jitomate orgánico, 1,530 toneladas se obtuvieron en invernaderos, una proporción de 4.2%; para 2018 ésta se elevó al 17.4%.
Al principio, el destino de la producción de jitomate orgánico era el mercado nacional, pero en 2018 ya se habían exportado mil 490 toneladas de esta hortaliza y la tendencia es creciente.
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