La redundancia: un seguro para sentirse
seguro
La civilización humana ha dedicado una gran parte de su historia a
configurar leyes, procedimientos y recursos que, de un modo u otro, nos han
protegido a la par que han simplificado la respuesta ante todo tipo de
contratiempos. Gestionar debidamente una sociedad, consciente de cada
individuo, pero también consciente del colectivo general, no es en absoluto un
juego fácil. Sin embargo, la maduración que tan sólo el tiempo y su consecuente
perfeccionamiento admiten nos ha conducido a un mundo donde, a pesar de la tan
desdeñada burocracia, un simple documento puede sacarnos de más de un apretado
apuro
Justamente, ese es el caso de las pólizas de seguro, sin cuya
existencia estaríamos un poco más a la intemperie, y bastante menos protegidos
al enfrentarnos a cierto tipo de situaciones que, predecibles o no, atentan
contra nuestra seguridad. Pero, si bien la difícil búsqueda de un buen seguro
en México se agiliza mediante plataformas como ElegirSeguro.com, ello no nos exonera de mantener un seguimiento pulcro y
analítico de cuanto pueda beneficiarnos. Dado que, del mismo modo que es
responsabilidad de una aseguradora ofrecer paquetes de calidad y coherentes con
una realidad específica, es de nuestra potestad elegir el seguro perfecto.
Abordando probabilidades de riesgo en
México
Las pólizas de seguro son un contrato establecido con una
aseguradora mediante el que, a grandes rasgos, ésta nos cubre de los riesgos
que puedan causar daño a nuestros bienes y a nosotros mismos a través de
indemnizaciones. En este punto, cabe entender como riesgo cualquier elemento
que, de algún modo, sea perjudicial y, por ende, pueda causar estragos sobre
nuestro negocio e incluso nuestros trabajadores. A menudo, sin embargo,
acostumbramos a creer, y quizá por cierto hábito de invencibilidad que nos
confiere el habernos librado de otros riesgos, que jamás será necesario un
seguro. No obstante, las cifras hablan por sí solas.
Según recogieron los medios, durante el año 2019 se cometieron en
México 34.582 homicidios dolosos, un aumento del 2’5% respecto el 2018.
El mismo año, de nuevo en 2019, se calculó que un 21’4% de los
comercios en Ciudad de México sufre inseguridad. En 2017, según otras
fuentes, se cometieron en el país más de 3’7 millones de delitos. Y, en
otro punto, sin ir más lejos y tocando las catástrofes naturales que,
desacertadamente, muchos creen que no sufrirán jamás, este año las
inundaciones en México afectaron a 368.000 personas, según anunció la
prensa. Por lo tanto, el riesgo, en México y en cualquier parte, es un hecho
más que patente.
Acertar con las prestaciones de cada
seguro
No obstante, los riesgos de criminalidad antes mencionados no son
los únicos que pueden acontecer sobre una empresa. Los seguros, por ello, cubren
todo tipo de supuestos, que van desde los ciberataques en startups
tecnológicas hasta cuanto se refiere a las actividades de excavación de una
empresa de la construcción. Asimismo, cada seguro incluye distintas
prestaciones que, en función de las necesidades y del grado de exposición a
riesgos de nuestro negocio, deberemos escoger sabiamente. Ya que, y tomando
un fácil ejemplo de ello, resultaría innecesario que una empresa de obras
incluyera en su seguro una cobertura contra ataques informáticos, pero sería
imprescindible incluir en él coberturas de transporte.
Para ello, es preciso tener claros muchísimos factores que
puedan incidir en nosotros o nuestro negocio a fin de ajustar la cobertura
de nuestro seguro. Por ejemplo, y siguiendo con los desastres naturales como se
matiza en el documento sobre zonas inundables del Gobierno de México, es más probable que las poblaciones de
costa orientadas hacia el Océano Pacífico padezcan los estragos de los
ciclones tropicales. Contrariamente a las localidades de interior u
orientadas hacia el Golfo de México, donde el riesgo de incidencia es menor o
incluso nulo. Por lo tanto, de ubicarnos en las zonas libres de riesgo, no
sería necesario que nuestro seguro nos cubriese contra ciclones, pero sí,
quizá, contra otras adversidades.
Una cuestión de criterio
Sea como sea, lo primordial aquí es entender la naturaleza de
nuestro negocio, su probabilidad de riesgos y, salvando cualquier idea de
intuición, apostar por informarse bien antes de decidirbajo qué riesgos
operamos y cómo prevenirlos. Como suele decirse, siempre creemos que no nos
sucederá nada hasta que, efectivamente, sucede. Y los hechos, tanto los
conocidos de primera mano como los que pueblan las noticias están ahí para
corroborar dicha sentencia.
Por ello, la virtud de la predicción y el correcto análisis
de riesgos resulta de lo más acertado. El blindaje más efectivo que tenemos
ante cualquier circunstancia, por adversa que sea la situación y por más
ennegrecido que parezca el horizonte, es operar siempre con criterio y suma
inteligencia. A menudo, con gestos tan francamente sencillos como contratar
un seguro coherente con todo cuanto concierna a su cobertura.