Cómo elegir seguro en México: probabilidad de riesgo y filtro de prestaciones.


Como suele decirse, siempre creemos que no nos sucederá absolutamente nada hasta que, efectivamente, sucede. Esa misma es la premisa que debe acatarse en el momento de elegir una buena póliza de seguro que, a grandes rasgos, nos cubra ante cualquier riesgo que pueda acontecerse sobre nosotros o nuestro negocio.
Cómo elegir seguro en México: probabilidad de riesgo y filtro de prestaciones.

Por Redacción

jueves, 17 de diciembre de 2020 12:30

La redundancia: un seguro para sentirse seguro

La civilización humana ha dedicado una gran parte de su historia a configurar leyes, procedimientos y recursos que, de un modo u otro, nos han protegido a la par que han simplificado la respuesta ante todo tipo de contratiempos. Gestionar debidamente una sociedad, consciente de cada individuo, pero también consciente del colectivo general, no es en absoluto un juego fácil. Sin embargo, la maduración que tan sólo el tiempo y su consecuente perfeccionamiento admiten nos ha conducido a un mundo donde, a pesar de la tan desdeñada burocracia, un simple documento puede sacarnos de más de un apretado apuro

Justamente, ese es el caso de las pólizas de seguro, sin cuya existencia estaríamos un poco más a la intemperie, y bastante menos protegidos al enfrentarnos a cierto tipo de situaciones que, predecibles o no, atentan contra nuestra seguridad. Pero, si bien la difícil búsqueda de un buen seguro en México se agiliza mediante plataformas como ElegirSeguro.com, ello no nos exonera de mantener un seguimiento pulcro y analítico de cuanto pueda beneficiarnos. Dado que, del mismo modo que es responsabilidad de una aseguradora ofrecer paquetes de calidad y coherentes con una realidad específica, es de nuestra potestad elegir el seguro perfecto.

Abordando probabilidades de riesgo en México

Las pólizas de seguro son un contrato establecido con una aseguradora mediante el que, a grandes rasgos, ésta nos cubre de los riesgos que puedan causar daño a nuestros bienes y a nosotros mismos a través de indemnizaciones. En este punto, cabe entender como riesgo cualquier elemento que, de algún modo, sea perjudicial y, por ende, pueda causar estragos sobre nuestro negocio e incluso nuestros trabajadores. A menudo, sin embargo, acostumbramos a creer, y quizá por cierto hábito de invencibilidad que nos confiere el habernos librado de otros riesgos, que jamás será necesario un seguro. No obstante, las cifras hablan por sí solas.

Según recogieron los medios, durante el año 2019 se cometieron en México 34.582 homicidios dolosos, un aumento del 2’5% respecto el 2018. El mismo año, de nuevo en 2019, se calculó que un 21’4% de los comercios en Ciudad de México sufre inseguridad. En 2017, según otras fuentes, se cometieron en el país más de 3’7 millones de delitos. Y, en otro punto, sin ir más lejos y tocando las catástrofes naturales que, desacertadamente, muchos creen que no sufrirán jamás, este año las inundaciones en México afectaron a 368.000 personas, según anunció la prensa. Por lo tanto, el riesgo, en México y en cualquier parte, es un hecho más que patente.

Acertar con las prestaciones de cada seguro

No obstante, los riesgos de criminalidad antes mencionados no son los únicos que pueden acontecer sobre una empresa. Los seguros, por ello, cubren todo tipo de supuestos, que van desde los ciberataques en startups tecnológicas hasta cuanto se refiere a las actividades de excavación de una empresa de la construcción. Asimismo, cada seguro incluye distintas prestaciones que, en función de las necesidades y del grado de exposición a riesgos de nuestro negocio, deberemos escoger sabiamente. Ya que, y tomando un fácil ejemplo de ello, resultaría innecesario que una empresa de obras incluyera en su seguro una cobertura contra ataques informáticos, pero sería imprescindible incluir en él coberturas de transporte.

Para ello, es preciso tener claros muchísimos factores que puedan incidir en nosotros o nuestro negocio a fin de ajustar la cobertura de nuestro seguro. Por ejemplo, y siguiendo con los desastres naturales como se matiza en el documento sobre zonas inundables del Gobierno de México, es más probable que las poblaciones de costa orientadas hacia el Océano Pacífico padezcan los estragos de los ciclones tropicales. Contrariamente a las localidades de interior u orientadas hacia el Golfo de México, donde el riesgo de incidencia es menor o incluso nulo. Por lo tanto, de ubicarnos en las zonas libres de riesgo, no sería necesario que nuestro seguro nos cubriese contra ciclones, pero sí, quizá, contra otras adversidades.

Una cuestión de criterio

Sea como sea, lo primordial aquí es entender la naturaleza de nuestro negocio, su probabilidad de riesgos y, salvando cualquier idea de intuición, apostar por informarse bien antes de decidirbajo qué riesgos operamos y cómo prevenirlos. Como suele decirse, siempre creemos que no nos sucederá nada hasta que, efectivamente, sucede. Y los hechos, tanto los conocidos de primera mano como los que pueblan las noticias están ahí para corroborar dicha sentencia.

Por ello, la virtud de la predicción y el correcto análisis de riesgos resulta de lo más acertado. El blindaje más efectivo que tenemos ante cualquier circunstancia, por adversa que sea la situación y por más ennegrecido que parezca el horizonte, es operar siempre con criterio y suma inteligencia. A menudo, con gestos tan francamente sencillos como contratar un seguro coherente con todo cuanto concierna a su cobertura.

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