Ante el exceso navideño, la templanza de la consciencia
Además de toda la esplendorosa magia que circunda las calles y los
hogares en estas fechas, no hay otro elemento más categóricamente navideño
que la comida. Tratándose de una festividad de celebración, sea tanto por
motivos tradicionalmente religiosos como excusa para el encuentro familiar, la
comida forma parte indivisible de su ritual. Aunque históricamente la
abundancia de alimentos dulces y muy calóricos guardaba relación con el frío
hibernal y, por ende, no flaquear durante el trabajo duro, hoy en día este tipo
de comida es únicamente un placer folklórico. Pero, y eso sí, un placer que nos
llevará a ganar algo de peso que muchos querremos evitar para sentirnos
sanos.
Con ello, existe una gran cantidad de recomendaciones y trucos
para evitar rechazar unos pantalones que, desafortunadamente, quizá no se nos
ajusten bien tras las fiestas. Desde hacer ejercicio y regular la cantidad
de alcohol y comida que consumimos, hasta beber agua y aumentar la
actividad sexual. En este último punto, y aprovechando las ofrendas que
encauzan las navidades, siendo de especial interés probar nuevas
experiencias con complementos que ayuden a recargar la chispa en tan sólo
un clic. Tan sencillo como acceder a una sex
shop de calidad como Cherish
y que, además, nos aconsejará sobre las mejores opciones.
Un clásico: hacer ejercicio
Engordar durante la Navidad puede resultar en una gran jarra de
agua fría para quienes, durante el resto del año, mantienen su cuerpo firme
realizando regularmente ejercicio físico. El ejercicio, en sí, ayuda a aliviar
el estrés de las fiestas, siendo una actividad evasiva que nos vendrá genial
para huir de la vorágine de eventos, y que, evidentemente, evita el aumento
de peso. Si ya practicábamos algo de deporte, será necesario incrementar
ligeramente la intensidad y la duración de los ejercicios a fin de
compensar, parcialmente, el aumento de calorías durante estas vacaciones. Algo
que, de hecho, acabaremos por agradecer profundamente.
No obstante, tampoco es necesario enclaustrarse en un gimnasio
durante estas fechas. Basta con tener en cuenta que, si seguimos una dieta
equilibrada, basada en todos los nutrientes que necesita nuestro cuerpo en
base a un ejercicio físico regular, el altibajo que supone la ingesta de
alimentos hipercalóricos puede desestabilizar nuestra línea alimentaria
habitual. Por ello, seguir con nuestro ejercicio rutinario, aunque
aumentando un poco sus series y nuestra dedicación, se convierte un
salvavidas francamente útil para evitar echar por tierra todo cuanto hemos
logrado a lo largo del año. Más aún, si valoramos el hecho de que el
alcohol también engorda.
Templanza: limitar el alcohol y la comida
Si bien el ser humano apenas necesita excusas para beber alcohol y
darse un copioso banquete, la realidad es que la Navidad es una carta blanca
para dichas actividades. Dejarse llevar por las delicias que abundarán en
nuestra mesa puede suponer un gran tropiezo si queremos mantener la línea, y es
por ese motivo que cabe tanto evitar una gran ingesta de alcohol como masticar
bien cada bocado antes de tragar. En este último punto, cabe destacar que
el cerebro tarda unos pocos minutos en percatarse de que nuestro estómago está
hasta arriba, lo que puede conducirnos a una sensación de plenitud excesiva
que comprometa nuestro disfrute.
Cuanto al alcohol, es preferible tomarlo solo, diluido con agua
mineral o con refrescos light, así como hacer pausas para tomar un vaso
de agua, lo que ayudará a nuestro cuerpo a procesar mejor lo ingerido.
Respecto al agua, además de evitar en gran medida la deshidratación que
sí provoca el alcohol, también puede ayudarnos a frenar el apetito, dado que llenará
debidamente nuestra capacidad de ingesta. Beber un vaso de agua antes de
beber alcohol, e incluso entre las bebidas, puede ayudarnos a consumir menos
cantidad. Así como aliviar nuestra sed, nuestra copiosidad o incluso refrescarnos
de un ambiente que, aunque divertido, puede resultar aplastante a raíz del
consumo.
Lo divertido: aumentar la intensidad
sexual
Sin lugar a dudas, no hay forma más divertida de perder peso que a
través de la actividad sexual, mediante la que, como es sabido, pueden
llegar a quemarse hasta 22 calorías dependiendo de la intensidad.
Durante su decurso, prácticamente todos los músculos del cuerpo se organizan en
una maravillosa sinfonía que los ejercita sin constituir esfuerzo alguno.
Además, y como se ha mencionado, si la emoción forma parte de la premisa, nada
mejor que aprovechar las fiestas para invitar a nuestra pareja a probar
nuevas experiencias. Tan sencillo como echar un vistazo a los productos de
una buena sex shop
como Cherish, donde encontrar todo tipo de juguetes y complementos que
reforzarán todavía más la magia de estas fechas.
Esperamos que estos pequeños trucos te ayuden en estas fechas
decembrinas y te mantengas en tu peso, pero sobre todo saludable y feliz.
Al fin y al cabo, no se trata de sufrir o limitarnos, sino de cuidar y
equilibrar nuestros hábitos. Tanto sea regulando la avidez con la que ingerimos
las delicias culinarias que la Navidad ofrece, como realizando algo de
ejercicio adicional o, y esperando que esta opción gane muchísimos adeptos,
intensificando nuestra relación en pareja en nuestras camas. Porque el mejor
regalo, si bien a menudo es la sonrisa de nuestro prójimo, goza aún de
más acierto si nosotros formamos parte de su belleza y diversión.