Ha pasado más de un mes de que Omar fuera herido de gravedad con arma de fuego, a manos de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), en el desierto de Sonora, cuando pretendía cruzar junto con un grupo de personas a Estados Unidos, en búsqueda del sueño americano.
Hubo momentos en que se debatió entre la vida y la muerte por que las balas lesionaron órganos importantes...y ahora...que han pasado más de treinta días hospitalizado en San Luis Río Colorado, Sonora, la familia empieza a recuperar el aliento...a recuperar la tranquilidad por la evolución que ha presentado Omar...
Pero lo que acusan como una injusticia
sigue presente: por un lado la vigilancia permanente a su hermano en
el hospital- como si se tratara de un delincuente, subraya Navil-,
por parte de la Guardia Nacional y por otro el desmentir el parte
policial que se levantó el 27 de marzo pasado, el día de la
agresión, cuando los soldados dijeron que ellos habían repelido la
agresión...
La familia de Omar Arcos Moreno, se
puso en contacto con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, en
Sinaloa y en Sonora. Por tratarse de una institución federal, la
SEDENA, el caso se turnó a la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, quienes los primeros días se portaron atentos y
serviciales...pero al parecer...el caso lo han olvidado.
Dice Navil que el pasado martes llamó para ver como iba el proceso de su hermano y el funcionario de la CNDH, de nombre Mario Romero Correa, quien está en la segunda visitaduría y es quien lleva el caso, le dijo que no había visto los correos electrónicos por tener mucho trabajo.