En distintas situaciones las alcantarillas de Culiacán se han convertido en un problema para la ciudadanía.
Lo más cotidiano son las que rebosan aguas negras cuando la tubería se ha colapsado: generan una molestia sanitaria y se puede convertir en un foco de contaminación.
Además hay alcantarillas que permanecen destapadas y se convierten en un peligro para los peatones, que en un descuido pueden caer en ellas.
También están las que son insuficientes para recolectar agua y que en temporada de lluvias se rebosan, se tapan y provocan que haya inundaciones en la calle.
Como la que está frente a la Casa de la Cultura de la Universidad Autónoma de Sinaloa, por la calle Teófilo Noris, frente a la Plazuela Rosales, en el corazón del centro histórico en Culiacán, donde cada temporada de lluvias, ese cruce de calles se inunda por lo reducido de este sumidero.