Cuando de siniestros viales se trata, en muchas ocasiones se utilizan frases para justificar el incidente como: “No cruzó por la esquina”, “Es un imprudente”, “No se fija”, “Come ligas”, entre muchas otras, para tratar de culpar al peatón por haber sido atropellado, y de alguna manera, intentar minimizar el hecho quitando responsabilidad al conductor, señala MAPASIN.
Señala que existe una problemática de seguridad vial propiciada por el mismo desarrollo que se ha priorizado siempre para las ciudades, o por lo menos, desde hace ya varias décadas gira alrededor del automóvil.
La prueba de ello es lo que sucedió en Culiacán, en donde un automovilista embistió a tres personas que se encontraban en la banqueta, el conductor del vehiculo circulaba a exceso de velocidad y pasándose el semáforo, como consecuencia, dos de los peatones fueron heridos de gravedad, mientras que el tercero lamentablemente perdió la vida.
Este siniestro vial ejemplifica a la perfección uno de los mayores problemas de la sincronización de los semáforos, sobre todo, en vialidades como la avenida Álvaro Obregón, lugar donde ocurrió dicho incidente.
Los siniestros viales están directamente influenciados por la misma infraestructura de la vialidad; es decir, se tiene el tiempo oportuno para acelerar y alcanzar altas velocidades, y con el espacio suficiente para poder circular por encima de los límites que son seguros.
Además, la misma condición de la infraestructura lo permite y facilita, generando así diversos factores de riesgo.
